Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Los dispositivos móviles no aportan muchas ventajas a la enseñanza


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Si la semana pasada me cuestionaba si el estudio con dispositivos móviles hace que se aprenda más que si se aprende con medios mecánicos como el libro, los apuntes y las libretas. Mi conclusión personal es que no, que el medio no da una ventaja con respecto a quienes no disponíamos de estos aparatos para estudiar. No quiero decir que sea peor (aunque muchos sí lo piensan) pero que mejor no es.



Además los profesores universitarios nos encontramos con una realidad cuando estos chavales llegan a primero de nuestros títulos: a pesar de ser “nativos digitales” (como algunos les llaman) no saben utilizar programas tan útiles para sus estudios como pueden ser un procesador de textos o una hoja de cálculo (por no nombrar otros).

Después de años utilizando la tableta como herramienta de estudio, no han aprendido a utilizar los programas más útiles para sus estudios, para la vida y para cualquier trabajo. Además, cuando tienen que realizar alguna búsqueda en Internet, su capacidad para encontrar lo que se les pide, es más bien limitada (en la mayoría de los casos).

Si la enseñanza con tableta no trae unas ventajas sustanciales con respecto a lo tecnológico, puede generar adicción, impide a aquellos padres que retrasan el acceso a estos medios que lo hagan, no logra que los jóvenes aprendan los programas más interesantes para ser utilizados en el estudio y en el futuro.

¿Qué sentido tiene que hayamos cambiado los modos habituales de enseñanza renunciando a algo que funcionaba bien por algo cuyas ventajas no se ven de una manera evidente? Si a esto añadimos los resultados de estudios científicos que concluyen que la enseñanza con dispositivos móviles dispersa la atención y eso hace que se den unos resultados peores sobre el aprendizaje de los alumnos, no parece que este sistema sea el mejor posible.

Un gran negocio detrás

Así que uno se pregunta por qué se ha generalizado tanto el uso de los dispositivos móviles en la escuela y encuentro varios motivos. Por un lado la moda, es decir, el pensar que este es el futuro y que por lo tanto hay que sumarse a él. Se trata de un seguimiento acrítico y superficial de lo que son las tendencias principales en una sociedad. Por otro lado es la imagen de nuestro centro. Cuando hay una idea principal en una sociedad, no seguirla puede suponer una imagen negativa y que los posibles futuros alumnos piensen que es un colegio peor que aquellos que se suman a la tendencia mayoritaria.

Por último, no lo olvidemos, hay un gran negocio detrás de este cambio de estrategia educativa y muchas empresas han visto la oportunidad de entrar en un sector que supone un público cautivo. De hecho, muchos de los estudios que en un principio hablaron de las ventajas de esta clase de enseñanza eran financiados por las empresas que luego querían vender la tecnología a las escuelas.