Cardenal Cristóbal López Romero
Cardenal arzobispo de Rabat

¿Hay iglesias en Marruecos?


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Me lo cuenta mi hermana. Se trata de un diálogo en el mercado, entre una señora y ella:

–“Vaya con estos musulmanes… Quieren construir mezquitas en España y ellos no dejan tener iglesias a los cristianos en sus países.

–Perdone, dice mi hermana, pero yo he estado en Marruecos, que es un país de mayoría musulmana, y allí hay iglesias.

–No, no, que no dejan tener iglesias.
–Perdone, pero mi hermano tiene una iglesia bien grande en Rabat, que es la capital, tan grande como que es una catedral. Y él es el obispo en esa catedral”.



Hay mucha ignorancia y prejuicios. Viajar, visitar y compartir hace mucho bien, y ayuda a deshacerse de muchos de esos prejuicios, con tal de que se tenga un mínimo de apertura mental, claro está. Hay hechos que, sin ser categóricos, sí son, por lo menos, indicativos de una tendencia. Aquí van dos.

En Benguerir, a una hora de Marrakech, existe una universidad marroquí privada, construida y organizada según los estándares más exigentes de los centros universitarios de Estados Unidos. Por ahora tiene solo 2.000 estudiantes (que viven en el campus), pero aspira a llegar a los 6.000.

Entre las instalaciones de dicha universidad, existen y funcionan ya una mezquita y una sinagoga. Hay también un edificio destinado a capilla cristiana. Hace unas semanas, el párroco de Marrakech fue solicitado por las autoridades universitarias para que les orientase acerca de cómo tenían que amueblar, decorar y disponer la capilla. Le llevaron al lugar y le devolvieron en coche a Marrakech.

En la conversación, Manuel, el párroco franciscano español, se enteró de que la universidad, cuando llega Navidad, Pascua y alguna otra festividad cristiana destacada, pone a disposición del pequeño grupo –por ahora– de estudiantes cristianos un autocar para desplazarse gratis a Marrakech y poder participar de la celebración litúrgica, devolviéndolos al final de la misma.

Predisposición positiva

En Jenifra, capital de los fosfatos, existe un centro de formación profesional estatal en el que estudia una docena de jóvenes cristianos subsaharianos. La iglesia más cercana la tienen a casi tres horas de autobús. El director del centro acogió amablemente al sacerdote que fue a interesarse por estos cristianos… y mostró su predisposición positiva para que puedan celebrar la eucaristía en las instalaciones del centro.

“Obras son amores, y no buenas razones”, y “para muestra, basta un botón”… o dos.

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