José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Dan Brown y el caso Viganò


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JUEVES 6. Gala de presentación de COPE. Tras un verano de mudanza, TRECE desembarca en el edificio icono de la radio episcopal. Para quedarse. Para ser un solo grupo. Se desvanecen los fantasmas del cierre. Se consolida el cambio de rumbo en el fondo, en el tono y en la parrilla. Me consta. En el escenario se mueven sin complejos lo mismo el gurú Herrera que los presentadores televisivos. Y, en medio de la presentación, se cuela un vídeomensaje del Papa. Dirigido en primera persona a Irene Pozo y a su programa ‘Crónica desde Roma’. “Trabajen llevando lo positivo y lo bueno”, deja caer el Papa. No sé si el auditorio es consciente del hito. Al menos, el presidente del conglomerado mediático sí lo es. “En estos momentos de cambio como los que estamos viviendo, hemos de reafirmar nuestras certezas y convicciones. No escondemos nuestro ideario: queremos ser cultura del encuentro”, certifica Giménez Barriocanal.

VIERNES 7. Adiós a Anastasio Gil. Gracias es poco. Por ser. Por hacer. Y porque solo un evangelizador puede provocar, después de partir, un reencuentro inesperado y colateral, de esos que suelen darse en espacios como este. Una abrazo a quienes le metieron a uno en la animación misionera cuando apenas había cambiado Gesto por SúperGesto. “Ahora que acumulo edad, me encuentro con tanta gente a la que he dado catequesis y me dan las gracias por lo que hice por ellos… Yo procuro no darle importancia”, se desmarca Mari Carmen, sin ser consciente de su huella. “Mira, este es mi otro hijo”, le dice a alguien a mi lado. Yo, orgulloso de una adopción que se forjó hace años.

DOMINGO 9. Los milagros me cuestan. Aún cuando puedo ver lo metafórico del Effetá de la lectura de hoy y llevármelo a mi falta de escucha interior. Me detengo en la sordera literal. En quienes tienen una discapacidad auditiva real y se sientan cada domingo frente al altar sin saber si esta vez podrán cazar algo de las lecturas o de la homilía. Y se defienden de un mundo que les acusa de “no enterarse de nada” o de médicos de cabecera que sueltan sin más: “¿Para que quiere quitarse los tapones de los oídos si no oye?”.

LUNES 10. Resulta inevitable. En cualquier corrillo eclesial aparece el apellido Viganò con la misma facilidad que la palabra máster le hace atragantarse al político de turno. Alguien que sabe, me dice: “Si el Papa sacara todo lo que tiene sobre él…”. Al final, quien saca tajada es Dan Brown.

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