José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Cobardes


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JUEVES. Obispo que busca colgarse medallas de catolicidad por haber mantenido abiertas las iglesias durante la pandemia y celebrar misa diaria. Para custodiar el derecho de los fieles. Y salvaguardar la libertad de la Iglesia en la sociedad. Menos mal que hay quien ha defendido los deberes sacramentales cuando la pandemia más arreciaba. Emergencia litúrgica mientras sus hermanos optaban por cerrar templos y restringir el culto ante la expansión del virus. Cobardes. Por entender el confinamiento como ejercicio de caridad para salvaguardar la vida de otros.



VIERNES. Astorga. Palacio de Gaudí. Maite explica cómo, para el arquitecto catalán, lo verdaderamente original era volver al origen. De ahí que buscara levantar el edificio con materiales de la zona y de la mano de los artesanos locales. Reconocerse en la esencia, que no es quedarse anclado en el pasado.

SÁBADO. Paseíllo del seminario a la catedral del nuevo obispo. Acompañados por la danza de los maragatos. Veo al nuncio. Con su diplomática sonrisa bajo la mascarilla. Atento a los movimientos de unos y otros. Al folclore. Al gentío. Inculturación, que se le llama en otras latitudes.

Toma posesión obispo Astorga, Jesús Fernández

MARTES. Rectificación vaticana al presidente del Gobierno. Por desconocimiento. Por ignorancia del papel diplomático de la Santa Sede cuando decide dar un paso al frente para resolver un conflicto nacional o internacional. Y discriminar cuando se trata de una cuestión de política interna con tintes electoralistas en la que no ha lugar entrometerse porque no compete. Tal y como se hizo. También dudo de que la familiaridad con la que Pedro Sánchez habla de su (no) relación con el Papa –“me ha ayudado”– sea la misma que utilice cuando menciona en público su reuniones bilaterales con Angela Merkel.

MIÉRCOLES. Llamada de un obispo. “Llevo tres meses sin apenas moverme de casa por prudencia y ejemplaridad con mi gente, pero nunca me he sentido tan samaritano acompañando con las llamadas a los enfermos y sus familias, con las videoconferencias a los sacerdotes, con los mensajes a las comunidades religiosas, telefoneando a los alcaldes, con la oración a todos”. Otro cobarde. Él y sus curas, que suplieron las misas por hacerles la compra y llevarles las medicinas a los mayores de los pueblos.

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