Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Apegados al bienestar


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Hoy quiero recordar la historia del joven rico. El desarrollo es sencillo y no es necesario reproducir toda la conversación entre Jesús y esa persona adinerada y buena que se le acerca porque quiere seguir un camino de mejora, pero que no es capaz de renunciar a su bienestar (representado en sus riquezas) para transitar la senda que Jesús le propone.



Esta es la clave de este texto. Se trata de una persona buena, que quiere cumplir la ley, que busca hacer las cosas bien, que está pensando en salvarse, en ser mejor, pero que para ello busca seguridades, saber lo que tiene que hacer, seguir indicaciones claras que, en clave de mérito, le permitan asegurarse que sus esfuerzos le llevarán  buen puerto.

Jesús le escucha y con amabilidad, sin imponer nada, le pide lo único a lo que él no está dispuesto, que venda lo que tiene, que se lo dé a los pobres y que le siga. El joven, lo piensa, pero se da cuenta de que toda su seguridad se basa en lo que tiene, que ha amasado una gran cantidad de dinero que le da un bienestar y una seguridad a la que no quiere renunciar, que dar su dinero le supone quedarse a la intemperie…

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Por eso se entristece y se retira, su entusiasmo inicial se ha quedado en nada. Había ido ilusionado a su encuentro con Jesús, sabía que podía hacer mucho para lograr su salvación, pero en lugar de la seguridad de saber qué hacer, este le ofrecía la inseguridad de lo inesperado.

Por eso el bienestar también nos anestesia a nosotros. Perder la falsa seguridad que nos da el dinero y lo que este nos ofrece es difícil. Preferimos la tranquilidad del tener a la intranquilidad de la sorpresa, de confiar en la providencia, de afrontar la vida sin protección.

Y así nuestro apego a lo que tenemos es más fuertes que cualquier otra fuerza. Optamos por lo que hemos logrado con nuestro esfuerzo porque así creemos que lo tenemos todo controlado. El bienestar material nos da esa seguridad que nos permite creer que nada se va a descontrolar si tenemos lo suficiente, si contamos con recursos económicos suficientes para afrontar cualquier situación.