JUEVES
Fundación Pablo VI. Presentación de la Memoria de actividades de la Iglesia. Los 1.428 millones de euros que la Iglesia revierte en la sociedad no se pueden resumir en una gala. Pero sí, al menos, ver rostros que hablan de entrega. Lo mismo a los pies del volcán de La Palma que frente a la DANA o los incendios. Especialmente, de mujeres que a veces son presencia callada, pero activa. Como Tomasa, Manola, Loli o Encarna.
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VIERNES
Sigo en la distancia la conferencia del prefecto para la Doctrina de la Fe en el encuentro con sacerdotes y religiosos latinoamericanos en Roma. Aclarando, una vez más, los malentendidos entre gracias y corredenciones. Con una lección incuestionable: “El Pueblo simple y pobre no separa a la Madre gloriosa de la María de Nazaret”.
SÁBADO
Catedral de Getafe. Sembradores de Estrellas. Después del madrugón para inflar unos cuantos globos, alguno se escapa antes de lo esperado. Hay quien lo afronta como un drama. Problemas del primer mundo.
DOMINGO
Misas de las familias. Domingo ‘Gaudete’. Antonio nos manda al desierto de Atacama. A contemplar esa alfombra de flores que es capaz de abrirse paso sobre una arena donde parecía imposible que se abriera paso la vida. Terreno aparentemente infértil y reseco. Solo aparentemente.
LUNES
Alguien me pregunta por las lagunas de la comunicación institucional en la Iglesia. Acabamos compartiendo cómo todavía sigue disociándose lo que se es de lo que se da a conocer. Se echan balones fuera pensando que distorsiona su mirada el de fuera, cuando el error viene de dentro.
MARTES
Reflexión de un obispo: “No es lo mismo conducir el coche que un autobús”. Cambia tanto las normas como la prudencia.
MIÉRCOLES
En medio de tanta canción navideña que evoca a no sé qué espíritu emanado de no sé sabe dónde con tal de no mirar al Belén, La Niña Pastori se hace viral. Con coreografía incluida. Cantando entre zambobas, palillos y panderos. “Alegría, ¡que ha nacido Dios!”. Pues eso.
