"Estas conversaciones de sacristía, antes de la Misa, me hacen levantar el velo a la realidad. Yo pienso sin querer, desde la ciudad, desde los organismos. Incluso, cuando pensamos en dinamizar nuestros pueblos, no se piensa tanto en la gente mayor, que los habitan, sino en los que supuestamente puedan crear futuro y que ya no existen".