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Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel

Antonio Gómez Cantero

Gente en misa católica Budapest

El lenguaje inclusivo

"Este leguaje se utilizaba ya en los misales de la edad media. El sacerdote decía: 'Orad hermanos y hermanas…', bueno, en latín, claro, 'Orate frates et sorores'. ¿No me digas que nos hemos adelantado a este mundo tan moderno? Nada hay nuevo bajo el sol".

Una mujer como Dios manda

"A veces me parece que las películas sobre enfrentamientos interestelares beben mucho del libro del Apocalipsis, o es que el imaginario actual te lleva sin querer a esta lucha mítica de poderes intergalácticos con toda clase de parafernalia de rayos, truenos y explosiones de mil colores".
misioneros

A veces se me olvida

"Debíamos de plantearnos salir de nuestras seguridades y hacernos una Iglesia peregrina, como el mismo Cristo, como sus apóstoles y discípulos. Discípulos ligeros de equipaje, libres como caminantes con un destino cierto, alegres como mensajeros de la esperanza y el perdón".

Finales de noviembre

"He venido para que me ayudes a comprender y aceptar mi muerte. Y hablamos durante días y días de la vida. Teníamos que dar sentido a las piezas de este extenso puzle, y colocarlas una a una, y preguntarnos dónde se había ido quedando Dios".

Nosotros: la fascinación por los totalitarismos hoy

"Ahora que olvidamos el pasado y queremos hacer todo nuevo, es el momento de la fascinación de los totalitarismos, de los nacionalismos excluyentes, de los patriotismos utópicos, de los muros (como el muro verde de la novela que les separaba de los salvajes), de los fanatismos, de los sectarismos, de un nosotros impuesto"
Pueblo vacío Teruel

Cuestión de dignidad

“No podemos abandonar a estos nuestros hermanos que nos han trasmitido la fe. No hay que olvidar que la mayoría de población de nuestras ciudades han venido de los pueblos”.

Hablemos de amor

"Pues así pasa con la oración, tan unida a la fe. Quien deja de orar, deja de creer. Puede que nos acostumbremos incluso a una rutina religiosa, pero si está vacía, si no hay un continuo impulso del corazón hacia el Señor, acabaremos en perder la confianza y también la esperanza".

La vuelta de la tortilla

"Ahora ellos se esfuerzan por seguir animando la evangelización de nuestros pueblos. Intentan acertar con nosotros y se sienten acogidos y acompañados. Para nosotros también es una riqueza, nos traen savia nueva, nuevos aprendizajes de otras tierras, de otras culturas, de otras comunidades, como la iglesia de los primeros cristianos".

Esperanza tardía

"Estas conversaciones de sacristía, antes de la Misa, me hacen levantar el velo a la realidad. Yo pienso sin querer, desde la ciudad, desde los organismos. Incluso, cuando pensamos en dinamizar nuestros pueblos, no se piensa tanto en la gente mayor, que los habitan, sino en los que supuestamente puedan crear futuro y que ya no existen".