Los cinco integrantes del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile firman la carta enviada a José Antonio Kast Rist, elegido hoy presidente de la República.
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Luego de felicitarle por este triunfo electoral señalan que “El país, al confiarle esta alta responsabilidad, le encomienda la tarea de conducir a la nación en tiempos que demandan lucidez, generosidad y un profundo compromiso con el bien común”.
A continuación, los obispos reiteran lo que habían expresado recientemente en declaraciones anteriores: “vivimos un período marcado por dolores acumulados, crisis sociales y económicas, y una extendida desconfianza en las instituciones. Sin embargo, reconocemos también la fortaleza, dignidad y resiliencia de nuestro pueblo, capaz de reconstruir los vínculos que sostienen la vida en comunidad”.
Avanzar hacia un país más justo, fraterno y solidario
“En este contexto, continúa la carta, la elección presidencial renueva la esperanza de avanzar hacia un país más justo, fraterno y solidario, donde la fuerza de la razón prevalezca siempre sobre la razón de la fuerza. Ninguna misión pública, especialmente la que implica conducir los destinos de una nación, se puede llevar adelante sin la colaboración de sus ciudadanos, el trabajo responsable de los diversos actores sociales y políticos, y la firme convicción en la dignidad inalienable de toda persona humana. Le animamos a promover un ambiente de diálogo, encuentro y respeto, imprescindible para reconstruir la confianza social”.
Reafirman su vocación de contribuir al bien común y de ser testigos de esperanza “cercanos especialmente a quienes viven pobreza, exclusión o sufrimiento”. “Nos preocupa, dicen los obispos, la creciente denigración de migrantes y personas vulneradas, y reiteramos nuestro compromiso por la vida, la dignidad humana y la protección de los más débiles”.
Terminan su carta asegurando su oración “y el aporte de la acción pastoral de la Iglesia. Desde esta misión, renovamos nuestra disposición a colaborar en todo aquello que favorezca la justicia, la fraternidad y la paz social”. Cierran encomendando su servicio, su familia y a toda la nación chilena a la protección de la Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile, para que Ella nos acompañe en el camino de unidad y diálogo que nuestro país necesita.
Firman la carta el presidente de la Conferencia Episcopal, arzobispo de La Serena, René Rebolledo Salinas; el vicepresidente, arzobispo de Antofagasta, Ignacio Ducasse Medina; el arzobispo de Santiago, Cardenal Fernando Chomali Garib; el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz; y el secretario general, obispo de Santa María de Los Ángeles, Cristián Castro Toovey.