El acercamiento entre Roma y Constantinopla es una apuesta real por el ecumenismo, a la vez que un respaldo de la Santa Sede al patriarca Bartolomé I, como autoridad espiritual de 300 millones de ortodoxos, frente al controvertido liderazgo del patriarca ruso Kirill, después de identificarse plenamente con los postulados bélicos e imperialistas de Vladimir Putin.
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Hoy se ha pesto de manifiesto esta ‘alianza’ con la firma de un ‘manifiesto’ que lleva la rúbrica de León XIV y de Bartolomé. Ambos se reunieron en la iglesia patriarcal de San Jorge, en Estambul, para rezar y sellar esta declaración conjunta en la que “juntos elevamos fervientemente nuestras voces para invocar el don de la paz de Dios sobre nuestro mundo”.
Un mundo más justo
En el texto, los dos reclaman un gesto de valentía de quienes “tienen responsabilidades civiles y políticas para que hagan todo lo posible a fin de garantizar que la tragedia de la guerra cese inmediatamente”. Además de dirigirse a los líderes internacionales, también reclaman a los ciudadanos de a pie que “apoyen nuestra súplica”. A ellos les encomiendan “trabajar juntos para construir un mundo más justo y solidario, y a cuidar la creación que Dios nos ha confiado”.
Entre las lacras que consideran urgente abordar, el Papa agustino y el patriarca ortodoxo denuncian “la indiferencia, el afán de dominación, la codicia de lucro y la xenofobia”. “Aunque estamos profundamente alarmados por la situación internacional actual, no perdemos la esperanza. Dios no abandonará a la humanidad”, escriben confiados.
Auténtico diálogo
Unidos como creyentes cristianos, también denunciaron “cualquier uso de la religión y del nombre de Dios para justificar la violencia”. Así, en la declaración especifican que “el auténtico diálogo interreligioso, lejos de ser causa de sincretismo y confusión, es esencial para la coexistencia de pueblos de distintas tradiciones y culturas”.
Dentro del camino hacia un ecumenismo real, ambos volvieron a subrayar uno de los puntos en los que Francisco y Bartolomé trabajaron en los últimos años, que no es otro que culminar “el proceso de exploración de una posible solución para celebrar juntos la Fiesta de las Fiestas cada año”, esto es, contar con una misma fecha para celebrar la Pascua.
Además del encuentro con Bartolomé I, León XIV también se reunión con representantes de otras confesiones cristianas en la Iglesia ortodoxa Siria de Mor Ephrem, ubicada en Yesilköy, la única iglesia construida en Turquía desde la fundación de la República. Ante ellos, insistió en la necesidad de avanzar hacia “la unidad plena” de los seguidores de Jesús de Nazaret.