Nicea, hoy Iznik, espera al papa León XIV

Las autoridades y los 45.000 habitantes de Iznik esperan que la visita de León XIV a su milenaria ciudad favorezca su inclusión en la lista del Patrimonio Universal de la Humanidad establecida por la UNESCO y fomente el turismo. En todo caso, las dos escasas horas que el Papa, acompañado por el patriarca Bartolomé, va a pasar en la ciudad, le garantizan una cobertura informativa a escala mundial, puesto que en la comitiva papal figuran ochenta periodistas de los más difundidos medios informativos del planeta.

Resulta difícil imaginar que Iznik, cuyos orígenes se remontan al cuarto siglo antes de Cristo, haya sido en dos ocasiones capital del imperio romano-bizantino y, sucesivamente, del otomano; de esas gloriosas épocas quedan pocos restos: unos murallones, algunas mezquitas, un teatro romano creado por el emperador Trajano y, sobre todo, la basílica bizantina sumergida en las aguas del lago Iznik, el más grande de la región de Mármara. El templo fue construido hace 1600 años en honor de san Neófito, un joven martirizado en el año 303 durante una de las persecuciones decretadas por el emperador Diocleciano.

León XIV, en la catedral de Estambul

Recitar el Credo común

En sus tres amplias naves acogió en el año 325 a los 300 obispos que participaron en el Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia convocado por el emperador Constantino. Un terremoto la destruyó poco después, en el año 740, y sus ruinas fueron ocultadas por las aguas y una copiosa multitud de algas lagunares. La sequedad del ambiente y un uso excesivo de su caudal para usos agrícolas han reducido su extensión y favorecido la aparición de tan importantes restos arqueológicos.

Este es el escenario donde el Papa de Roma y el patriarca presiden un encuentro ecuménico y donde, en compañía de otros representantes ecuménicos, recitarán el Credo llamado niceno-constantinopolitano, expresión de la fe común a todas las iglesias y comunidades cristianas: católicos, ortodoxos y protestantes.