Tras un encuentro de oración en la catedral del Espíritu Santo de Estambul, León XIV se ha dirigido en coche al Hogar de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres.
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En la capilla se ha encontrado con el personal, los mayores y los benefactores del refugio, a los que el Papa les ha dirigido unas palabras, a las que han seguido el rezo del Ave María.
Agradeciendo la acogida dispensada, Robert Francis Prevost ha destacado que “¡la acogida es el don de esta casa! Un don que viene de Dios y que las Hermanitas de los Pobres, los trabajadores y los benefactores, así como todos los huéspedes, hacen fructificar en su convivencia cotidiana”.
León XIV, visita el Hogar de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres en Estambul
Dos reflexiones del Papa
Durante su discurso ha hecho dos breves reflexiones. En primer lugar, sobre el nombre de la congregación: “Sí, el Señor no las ha llamado solo para asistir o ayudar a los pobres. ¡Las ha llamado a ser sus ‘hermanas’! Como Jesús, a quien el Padre envió no solo para ayudarnos y servirnos, sino para ser nuestro hermano”, ha señalado.
Y ha completado: “Este es el secreto de la caridad cristiana: antes que ser ‘para’ los demás, se trata de estar ‘con’ los demás, en un compartir basado en la fraternidad”.
En segundo lugar, sobre los mayores de la casa: “Ustedes son ‘adultos mayores’. Y esta palabra, ‘mayor’, hoy corre el riesgo de perder su significado más verdadero: en muchos contextos sociales, donde domina la eficiencia y el materialismo, se ha perdido el sentido del respeto por las personas mayores. En cambio, la Sagrada Escritura y las buenas tradiciones nos enseñan que —como solía repetir el papa Francisco— los ancianos son la sabiduría de un pueblo, una riqueza para los nietos, para las familias, para toda la sociedad”.
