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Tribuna

Ser bendecidos para bendecir

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“El que honra a su padre tendrá larga vida; el que respeta a su madre será premiado por el Señor, pues obedece a sus padres como si fueran sus amos. Hijo mío, honra a tu padre con obras y palabras, y así recibirás toda clase de bendiciones. Porque la bendición del padre da raíces firmes a una familia, pero la maldición de la madre la arranca de raíz” (Ecl. 3, 6-9).



La palabra latina benedictio, con su significado se encuentra solamente en el vocabulario bíblico del libro el eclesiástico. En el latín clásico existe el verbo benedicere, “hablar bien” o “desear el bien” de una persona o cosa, alabar, enaltecer, que en latín entró con el significado de bendecir y dar la bendición, por eso es importante que desde que nos despertamos hasta que nos acostamos en la noche bendigamos al Señor como una continua alabanza, hablar bien de los demás, desearles siempre el bien e incluso honrar a los padres actuando bien en la vida.

Orar MD

El caso de Job

Su plan para Job era bueno, pero fue un plan que probó la fe de Job hasta lo indecible e hizo vacilar su entendimiento. Job era un hombre bueno, ciertamente. Dios dijo de él: “No hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1, 8).

¿Basta con ser bueno?

Me gusta varias cosas que podemos decir del contexto, un hombre bueno, bastaba con ser bueno para agradar a Dios, seguro que sí, pero por eso mismo se le permitió sufrir, a veces pensamos que el sufrimiento es malo, creo que Job alabo a Dios en todo momento, cuando dijo:  “Nada he traído a este mundo, y nada me voy a llevar. ¡Bendigo a Dios cuando da! ¡Bendigo a Dios cuando quita!” (Job 1,21).

Bendecir en todo momento: Dios me lo dio, Dios me lo quitó, porque su plan está por encima de nuestros caprichos.

Una anécdota de un robo

Todo empezó con una anécdota, un señor me llamo y me dijo: “me robaron 400 millones de pesos en una noche”, claro en cosas materiales, en mercancía que debía responder, estaba desbastado y en un estrés a punto de tomar una mala decisión y afectar su entorno, entonces le dije: “Qué te hizo perder la paz”, me respondió los compromisos por responder con esa cantidad de plata, le dije: “estaba asegurado eso”, me respondió que: “no”, entonces llegué a la conclusión que el evangelio se hacía realidad: “el ladrón viene a la hora que menos pensamos” (Mt 24, 42ss).

La sabiduría viene del Señor

Pero el señor me dio la sabiduría de decirle que los bendijera y los perdonara de corazón, que los soltara y que no pensará en eso, solo se los entregará al Señor y que volvería a tener paz en su corazón. Sabia decisión porque ahora participa en nuestros talleres y da testimonio que lo material es eso, un bien temporal que no llena el corazón, él ya los perdono, los bendijo y ahora da testimonio que su vida es bendecida y el Señor le ha multiplicado ahora en gracias y bendiciones para él y su familia.  No se justifica en nada el robo, solo que ahora comprende que lo material es algo superfluo en medio de lo significante que es el mismo valor trascendental de la vida.


Por Wilson Javier Sossa López. Sacerdote eudista del Minuto de Dios

Foto: Minuto de Dios Radio