MIÉRCOLES
“Todos los sabíamos”. “Estaba cantado”. “¿Habías escuchado lo que hacía…?”. “A mí ya me lo habían contado…”. Sumemos todas las jaculatorias de este tipo para echarlas encima de quien debería tomar cartas en el asunto. Pero ¿quién acudió realmente a la ventanilla correspondiente para avisar de lo que dicen que pasó, pero nadie vio? Nos hacemos eco de rumores, pero no verificamos. O, peor, de hechos de gravedad, pero optamos por hacerlos circular a modo de chisme en lugar de cursar la correspondiente denuncia. Y ahí también hay complicidad. Examen de conciencia.
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JUEVES
Desayuno de Europa Fórum. En el estrado, Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española. Aunque las cifras macroeconómicas hablen de un festín compartido, al Informe Foessa no le salen las mismas cuentas. “Tenemos una exclusión tremenda, como nunca hemos atravesado en España”, apunta Bretón. Con una dejada que resulta todavía más electrificante: “La desigualdad no es solo económica, sino existencial”.
VIERNES
Por la mañana. Presentación del cortometraje ‘Atrapados’. Cáritas remasteriza el mediometraje ‘La cabina’ de Antonio Mercero para denunciar el aislamiento de quien sufre la exclusión. Y lo firma Iñaki, su hijo. Generando esa angustia vital que contagiaba José Luis López Vázquez. La realidad trasciende al guion. Quienes rodaron las escenas en una concurrida plaza desvelan que ningún ciudadano se acercó a quien estaba dentro de la jaula de cristal. Siguieron a lo suyo. Como sucede con esos 4,3 millones de españoles que padecen en silencio la pobreza de nuevo cuño.
Por la tarde. Presentación del Diccionario del catequista (PPC/AECA). “Nos hemos atascado en los debates sobre los años de catequesis para la primera comunión y para la confirmación, cuando debemos ahondar en la llamada a ser creativos y a repensar lo esencial, escuchando los latidos de nuestro mundo”. Palabra del cardenal Cobo.
DOMINGO
Cada vez que reparo en la lectura de la destrucción del templo, pienso en tantos que han legitimado sus pensamientos y acciones deslegitimando lo que Jesús buscaba dentro de su enfado. Se detienen en aquello del “se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino” para justificar sus cruzadas, y se olvidan del desarrollo de su intervención. Ese “no tenéis que preparar vuestra defensa”.
