Los ingleses
Algunos tuiteros informaban hace unos días que el nuncio apostólico en Inglaterra, el español Miguel Maury Buendía, había comunicado durante la asamblea plenaria a los obispos de Inglaterra y Gales que cualquiera de ellos que solicite la dispensa para celebrar alguna misa en latín siguiendo el misal anterior al Vaticano II se le dará casi inmediatamente. Un permiso que vale para el propio prelado o para que dar permiso a algunas comunidades de la propia diócesis.
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Algunos conocedores de la realidad inglesa dicen que si bien hay obispos que han aplicado a rajatabla las restricciones de Francisco –especialmente todos los que se sientan más cercanos al cardenal Nichols–, otros de ellos es posible que pronto los veamos mirando ‘ad orientem’ y de espaldas a los fieles. Ya profundizando en la filtración de las palabras del nuncio hay quienes incluso aseguran que el propio pontífice pedirá al cardenal, también del Reino Unido, Arthur Roche, como prefecto del dicasterio, que no se corte al dar dispensan de las restricciones de Francisco en el motu proprio ‘Traditionis custodes’ de 2021 –sin necesidad de derogarlo–.
Al parecer, según los obispos fieles a la causa, la claves que pase al razonamiento eclesial que este es un rito más como el ambrosiano, el etíope o el hispánico de Toledo… Para este movimiento, el gesto de la celebración de la misa en San Pedro presidida por el cardenal Burke es una buena señal y el propio purpurado se ha encargado de vender el hecho como aprobado directamente por el Papa. Parece que la falta de comunión que se estaba generando entre los feligreses que defendían esta vuelta al tradicionalismo, no está ya en el primer plano. Se ve que se han evaporado las amenazas de cisma.
El Papa
Hasta ahora el papa León XIV está escuchando los pareceres y peticiones que llegan desde los más nostálgicos. De momento sus manifestaciones más elocuentes son sus actos, en todas las celebraciones que se están multiplicando durante el Jubileo. Ahora bien, el pasado 9 de noviembre, al celebrar la misa de la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, las lecturas se prestaban para que dijera algo en la homilía.
Tras reflexionar sobre la metáfora del templo y la comunidad eclesial, la historia de la propia iglesia romana… concluyó con una mención a la liturgia. Esta, dijo citando al Vaticano II, es la “cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y […] la fuente de donde mana toda su fuerza”. Acto seguido señaló, siempre citando, que “el cuidado de la liturgia, en el lugar de la Sede de Pedro, debe ser por tanto, en modo tal que pueda proponerse como ejemplo para todo el pueblo de Dios, respetando las normas, prestando atención a las diferentes sensibilidades de quienes participan, según el principio de una sabia inculturación”. Por ello pidió: “Debe prestarse suma atención para que aquí la sencilla belleza de los ritos pueda expresar el valor del culto para el crecimiento armonioso de todo el Cuerpo del Señor”, inspirándose en san Agustín. Para el Papa, “la liturgia es un ámbito en el que esta verdad se realiza de manera eminente; y deseo que quien se acerque al altar de la catedral de Roma pueda salir lleno de esa gracia con la que el Señor desea inundar el mundo”.
Estas declaraciones genéricas hay que ponerlas al lado de las únicas que ha hecho León XIV sobre una posible restauración del rito extraordinario, restringido por el papa Francisco. Ha sido en la entrevista con Elise Ann Allen para su libro sobre el pontífice, como ya hemos contado, donde confirmaba haber “recibido varias peticiones y cartas”. En sus declaraciones señaló que el tema “es obviamente muy complicado” en parte por el “proceso de polarización” que vive el mundo, que hace que también la cuestión litúrgica sea “una herramienta política” empleada como “excusa para promover otros temas”. Ahora bien, el Papa señalaba este verano, sin tomar posición: “No he tenido la oportunidad de sentarme realmente con un grupo de personas que aboguen por el rito tridentino. Pronto se presentará una oportunidad, y estoy seguro de que habrá ocasiones para tratarlo” en clave sinodal. Veremos…
