Tras realizar labores humanitarias con la ONU, Janne Teller regresa con ‘Justicia’ (Seix Barral), un ‘thriller’ político y filosófico en el que un diplomático busca vengar la muerte de su hija en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. Con su estilo provocador, la autora danesa nos enfrenta a una pregunta eterna: ¿qué significa realmente la justicia cuando ya no hay reparación posible?
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PREGUNTA.- ¿Qué deja sin “resolver”, deliberadamente, en este libro?
RESPUESTA.- La gran pregunta que lo impulsa. Aunque no ofrece una respuesta cerrada, propone un sentido. No dice cuándo ni dónde hallarlo, porque depende de cada persona. La vida tiene significado, aunque no podamos definirlo con precisión. Cada suceso, cada experiencia, posee un sentido. Depende de nosotros hacer que nuestra vida represente algo positivo.
Diplomacia para el diálogo
P.- ¿Cree que la acción y la diplomacia son complementarias para resolver conflictos?
R.- Sí, ambas son necesarias. La acción sirve para poner un tema en la agenda política, pero la diplomacia es esencial para mantener el diálogo y buscar soluciones duraderas. Las acciones por sí solas no pueden lograrlo.
P.- ¿Influye el tiempo en la búsqueda del sentido y de la justicia?
R.- Siempre me lo ha parecido. He trabajado en misiones de paz –por ejemplo, en Mozambique– ayudando a implementar acuerdos tras años de guerra civil. Ninguna institución puede lograrlo sin neutralidad. La ONU tiene limitaciones, pero cumple una función esencial: mediar, desarmar y preparar a las sociedades para la paz. La diplomacia es un camino largo y frustrante, pero necesario.
Justicia simbólica
P.- ¿Hay justicia para los muertos?
R.- Desafortunadamente, no siempre. Las víctimas rara vez reciben justicia real. Sin embargo, puede haber justicia simbólica: que su muerte no haya sido en vano y que los supervivientes reciban reconocimiento y verdad. La Comisión de la Verdad en Sudáfrica fue un ejemplo poderoso. No ofreció castigo material, pero sí la verdad, que tiene un enorme poder sanador. (…)
P.- ¿Es inevitable la venganza?
R.- No inevitable, pero sí natural. Es una reacción instintiva ante la injusticia. Sin embargo, si nos dejamos llevar por ella, terminamos llenos de odio y dañamos a otros. Existen soluciones mejores: la verdad, la justicia, el reconocimiento del daño.
P.- ¿Todavía hay esperanza?
R.- Mientras haya vida, hay esperanza. No para los muertos, pero sí para los vivos. He visto demasiada destrucción, especialmente en conflictos recientes, pero también valentía: personas que se enfrentan a sus gobiernos en nombre de la paz. La verdadera esperanza nace de la compasión y el coraje.
(…)