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Los obispos de la provincia eclesiástica de Oviedo se vacunan contra la “acedia eclesial”

León acoge una nueva edición del foro de trabajo bienal en torno al tema ‘Entre la ilusión ilusa y el realismo esperanzado’

Los obispos de la provincia eclesiástica de Oviedo se vacunan contra la “acedia eclesial”

Durante cuatro días —bajo las bóvedas centenarias de la Colegiata de San Isidoro en León— obispos, vicarios y arciprestes de la Provincia Eclesiástica de Oviedo han orado, pensado y conversado en torno a una palabra tan antigua como actual: la acedia. Ese “desmoronamiento, derrumbamiento, que te desencanta, que te entristece y que te adocena”, como la definió Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo, al clausurar el encuentro con una eucaristía en la basílica.



Han sido días de trabajo en torno al tema ‘Entre la ilusión ilusa y el realismo esperanzado. La acedia como problema antropológico y espiritual en el sacerdote’. Porque el corazón del presbítero no está hecho para la resignación, sino para “dar la vida por el rebaño que la Iglesia pone en nuestras manos”, incluso —y sobre todo— “en una época de muchos sobresaltos”.

El diagnóstico está claro: una generación entera, incluidos muchos de nuestros sacerdotes, vive a la intemperie del alma. “Hay una quemazón que nos espolea precisamente para poner bálsamo en nuestras heridas”, recordó el arzobispo. Y ese bálsamo tiene nombre: Cristo. Un Dios “que nunca defrauda”, que nos sostiene en medio de las acedias —las culturales, las políticas, las ambientales— y “nos devuelve el entusiasmo, no por evasión, sino por misión”.

Encuentro Provincia 3

Conferencia ‘Entre la ilusión ilusa y el realismo esperanzado. La acedia como problema antropológico y espiritual en el sacerdote’

La aventura de saberse acompañado

Las ponencias que han nutrido el encuentro continuaron con la psicóloga Teresa Ortega habló “sobre el perfil de los seminaristas y la generación sacerdotal joven” en un contexto de vulnerabilidad y exigencia creciente. Asimismo, el teólogo Félix del Valle advirtió del riesgo de una espiritualidad desencarnada: “Cuando la espiritualidad no abraza la vida. Crisis real y renovación deseable”.

Por su parte, el obispo Francisco Conesa denunció “el reduccionismo cultural” que lleva del “pensamiento débil a la frivolidad envolvente”. Y José Manuel Horcajo puso sobre la mesa el desafío pastoral del cansancio sacerdotal: “de la eficacia pretenciosa a la humilde fecundidad”.

“La acedia se cura con el entusiasmo de la aventura de saberse acompañado por un Dios que nunca defrauda”, concluyó Saz. Porque al final, lo que está en juego es nuestra capacidad de ser testigos de la buena noticia: “somos los primeros receptores, pero no nos quedamos con ella, sino que la compartimos para edificar la sociedad y para que la ciudad… se llene de alegría”.

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