Hace cinco años el papa Francisco lanzo el Pacto Educativo Global, una alianza global, no solo se trató de recibir educación, sino ser protagonistas de ella. El Pacto Educativo Global fue una iniciativa del papa Francisco, con el objetivo de unir esfuerzos para una transformación cultural profunda, integral y a largo plazo a través de la educación, según explican en su web las Escuelas Católicas. Durante su catequesis, el Santo Padre hizo una invitación “a hacer de estos valores: interioridad, unidad, amor y alegría los “puntos cardinales” de la misión”.
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Esta iniciativa se estructura en cinco ejes temáticos: dignidad y derechos humanos; fraternidad y cooperación; tecnología y ecología integral; educación y promoción de la paz y la ciudadanía y cultura y religiones, según esta institución, que se sumó al Pacto Educativo Global en 2021 y en el que participan 553 colegios y alrededor de 410.000 alumnos.
Durante su intervención, el papa León XIV agradeció la “gran contribución de maestros y educadores” y advirtió de que no valorarla supone “hipotecar el propio futuro”.
“Tengamos cuidado, dañar el papel social y cultural de los formadores es hipotecar el propio futuro y una crisis en la transmisión del saber conlleva una crisis de esperanza”. Durante su intervención agradeció la “gran contribución de maestros y educadores” y advirtió de que no valorarla supone “hipotecar el propio futuro. Tengamos cuidado, dañar el papel social y cultural de los formadores es hipotecar el propio futuro y una crisis en la transmisión del saber conlleva una crisis de esperanza” (SS León XIV).
El papa León XIV, lanza los tres nuevos retos que nos comprometen con ella a todos nosotros hoy en día:
1.Educación y cultivar la vida interior
- Un llamado a la vida interior
Los jóvenes deben descubrir su propio propósito en la vida, porque la misma vida es dinámica, es cambiante y está en continua proyección. No somos un barco a la deriva, sino que tenemos una ruta de navegación, con una brújula clara en la vida, nuestra orientación está en saber quiénes somos, qué queremos buscar en la vida e irlo descubriendo en la soledad. Es necesario escuchar esa voz interior, porque significa escuchar a Dios en momentos que necesitamos hacer un alto en el camino, sin una buena dosis de silencio no se puede haber una buena escucha: Es necesario acallar todo nerviosismo y toda turbulencia interior, hasta percibir, en silencio pleno, mi identidad personal, mi soledad. Y por parte de Dios, es necesario sobrepasar el bosque de imágenes y conceptos con que revestimos a Dios, y quedarnos, en la pureza total de la fe, en el mismísimo Dios, Él mismo, su “soledad”. Solo así descubriremos quiénes somos y para dónde vamos en la vida, en el cultivo de la vida interior.
- ¿Cómo cultivar la vida interior?
Respecto a la interioridad, san Agustín dice que “el sonido de nuestras palabras golpea los oídos de ustedes, pero el verdadero Maestro está dentro” (‘In Epistolam Ioannis ad Parthos Tractatus’ 3,13), y añade: “A los que no enseña interiormente el Espíritu Santo, regresan con la misma ignorancia” (ibíd.). Nos recuerda así que es un error pensar que para enseñar son suficientes palabras bonitas o aulas escolares en buen estado, laboratorios o bibliotecas. Estos son sólo medios y espacios físicos, ciertamente útiles, pero el Maestro está dentro. La verdad no circula a través de sonidos, muros y pasillos, sino en el encuentro profundo entre las personas, sin el cual cualquier propuesta educativa está destinada al fracaso.No basta con tener un gran conocimiento científico o saber muchas cosas en la vida, sino sabemos quiénes somos y para dónde vamos.
¿Cuál es el sentido de la vida?
Argumenta el papa León XIV que un gran conocimiento científico no es suficiente si no sabemos quiénes somos y cuál es el sentido de la vida. Educar en la vida interior implica escuchar la inquietud interna y no huir de ella. Hoy conocemos personas que dicen: “yo me las sé todas”, esto es imposible, porque todos aprendemos de algo y de alguien, desde la cuna hasta la muerte, estamos aprendiendo algo nuevo, todos los días de la vida es un aprendizaje que debemos saber orientar, el papa expresa en todos sus discursos un eje temático trasversal, que tiene que ver con la vida interior, esa inquietud interna, solo se da al encontrar sentido en Cristo, el sentido de la vida se descubre al seguir a Jesús y aprender de su vida y camino. Este horizonte de sentido es capaz de iluminar todas las formas de conocimiento.
2.Educación digital
- Humanizar lo digital
En un mundo dominado por la tecnología, se debe humanizar lo digital, pensemos con sentido crítico el aporte de la IA, ser inteligentes con su uso.
El papa expresa: “Vivimos en un mundo dominado por pantallas y filtros tecnológicos, a menudo superficiales, en el que los estudiantes, para entrar en contacto con su propia interioridad, necesitan ayuda. Y no sólo ellos. También los educadores, con frecuencia cansados y sobrecargados de tareas burocráticas, corren el riesgo real de olvidar lo que san John Henry Newman sintetizaba con la expresión cor ad cor loquitur -“el corazón habla al corazón”-, y que san Agustín recomendaba diciendo: «No quieras derramarte fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad» (De vera religione, 39, 72). Son expresiones que invitan a considerar la formación como un camino en el que maestros y discípulos caminan juntos (cf. S. Juan Pablo II, Const. ap. Ex corde Ecclesiae, 15 agosto 1990, 1), conscientes de no buscar en vano, pero, al mismo tiempo, sabiendo que deben seguir buscando incluso después de haber encontrado. Sólo este esfuerzo humilde y compartido -que en los contextos escolares se configura como proyecto educativo- puede acercar a alumnos y docentes a la verdad.
Y llegamos así a la segunda palabra: unidad. Como quizá sepan, mi “lema” es ‘In Illo uno unum’. También esta es una expresión agustiniana (cf. ‘Ennaratio in Psalmum’ 127, 3), que recuerda que sólo en Cristo encontramos verdaderamente la unidad, como miembros unidos a la Cabeza y como compañeros de camino en el proceso de continuo aprendizaje de la vida.
- No dejemos perder la alegría de enseñar
El papa León XIV, nos recuerda la alegría de enseñar y no perder el centro del evangelio es un mensaje de plenitud humana en el gozo y esperanza, no podemos perder el enfoque de la educación: “Hoy, en nuestros contextos educativos, preocupa ver crecer los síntomas de una fragilidad interior generalizada, en todas las edades. No podemos cerrar los ojos ante estos reclamos silenciosos de auxilio; al contrario, debemos esforzarnos por identificar sus causas profundas. La inteligencia artificial, en particular, con su conocimiento técnico, frío y estandarizado, puede aislar aún más a estudiantes ya aislados, dándoles la ilusión de no necesitar a los demás o, peor aún, la sensación de no ser dignos de ellos. El papel de los educadores, en cambio, es un compromiso humano, y la alegría misma del proceso educativo es plenamente humana, una llama que ‘funde las almas y de muchas hace una sola’ (S. Agustín, ‘Confesiones’, IV, 8,13)”.
3.Construir una Educación que forme para la paz
¿Se puede cambiar el futuro?
Es desarmar los corazones con una educación para la paz desarmada y desarmante, no basta con desarmar las armas, debemos desarmar los corazones, la sociedad está llena de violencia, de palabras negativas o palabras violentas. Estamos cansados y agobiados de tanta violencia en el mundo, de tantas personas violentas en sus discursos, llenos de resentimientos, división y “egos” que no ayudan a la paz. Por eso, es importante salir de si mismos y empezar a dialogar por la paz y la justicia.
Salir de sí mismo
El papa León XIV, afirma: “Esta dimensión del “con”, constantemente presente en los escritos de san Agustín, es fundamental en los contextos educativos, como desafío para “salir de sí mismo” y como estímulo para crecer. Por esta razón, he decidido retomar y actualizar el proyecto del Pacto Educativo Global, que fue una de las intuiciones proféticas de mi venerado predecesor, el papa Francisco. Además, como enseña el Maestro de Hipona, nuestro ser no nos pertenece: “Tu alma -dice- no es tuya propia, sino de todos tus hermanos” (Ep. 243, 4, 6). Y si esto es verdad en sentido general, lo es con mayor razón en la reciprocidad propia de los procesos educativos, en donde el compartir el saber no puede tomar otra forma que la de un gran acto de amor”. Es interesante, destacar como muchos de nuestros sistemas educativos, educan para el individualismo; el papa León XIV, quiere retomar el pacto educativo global para compartir, ser solidarios y construir juntos el saber.
¿Será necesario en nuestros sistemas educativos compartir el saber?
Todos hemos construido el saber durante muchas décadas de “otros” saberes, conocimientos, cultura, tradición, ambientes educativos… pero, ¿Cómo devolverlo transformado a la misma globalidad? Creo que tenemos intuiciones con la apuesta en este campo en nuestros contextos, un punto para seguir profundizando este proyecto amplio educativo y generalizado, sería que la educación fuera incluyente y no excluyente, que se hiciera parte del procesos constructivo educativo y que permeará todos los ámbitos y dimensiones del ser humano, solo así se podría construir una educación integral e integrante, no excluyente e individualista, sino comunitaria y transformadora de la misma realidad que vivimos en cada contexto cultural diverso y plural.
El diálogo y la paz
El papa León XIV, advierte un reto en el ámbito formativo: “cada uno podría preguntarse cuál es su compromiso para captar las necesidades más urgentes, qué esfuerzo realiza para construir puentes de diálogo y de paz, incluso dentro de las comunidades docentes; cuál es su capacidad de superar prejuicios o visiones limitadas; cuál su apertura en los procesos de co-aprendizaje; y qué empeño pone en responder a las necesidades de los más frágiles, pobres y excluidos. Compartir el conocimiento no basta para enseñar, se necesita amor. Sólo así el conocimiento será provechoso para quien lo recibe, en sí mismo y, sobre todo, por la caridad que comunica. La enseñanza nunca puede separarse del amor, y una de las dificultades actuales de nuestras sociedades es no saber valorar suficientemente la gran contribución que los maestros y educadores brindan a la comunidad en este sentido. Pero tengamos cuidado, dañar el papel social y cultural de los formadores es hipotecar el propio futuro y una crisis en la transmisión del saber conlleva una crisis de esperanza”.
La invitación sigue abierta
Expresa le papa León XIV en su discurso: “Quiero invitarlos a hacer de estos valores -interioridad, unidad, amor y alegría- los “puntos cardinales” de la misión de ustedes para con sus alumnos, recordando las palabras de Jesús: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo” (Mt 25,40)”. Es un trabajo valioso que el papa León XIV, ha destacado en su discurso, por ejemplo, el pontífice también hace un fuerte llamado a las universidades de Latinoamérica a formar “inteligencias con sentido crítico” y “ciudadanos comprometidos con el bien común”, durante una audiencia en el Vaticano con representantes de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (*ODUCAL, recordemos que fue creada en 1957, reúne a universidades y centros de educación superior de toda América Latina y el Caribe con el objetivo de fomentar la cooperación académica y la investigación en el ámbito educativo).
Estos retos, siguen vigentes para todos nosotros, administrativos, docentes, directores… todos los responsables en el campo educativo, a veces pensamos que solo es para las instituciones educativas o las personas que pertenecen a ellas, sería muy reduccionista pensarlo así, me parece que vamos por buen camino en Colombia, la educación se ha convertido en un camino transformador de sociedades, inserción de muchos programas de impacto social, inclusión de instituciones privadas y del estado en la educación, empresas benefactoras y beneficiadas con miles de becas de inversión con espíritu humanista o de identidad misional (ético y moral). Porque no incluir también al voluntariado, entre otros retos que seguiremos planteando en futuros escritos, son solo un punto de partida, que en el ámbito educativo, sino que estamos haciendo las cosas bien y que vamos sintonizándonos con este contexto del pacto educativo global en la formación de “inteligencias con sentido crítico” y “ciudadanos comprometidos con el bien común”. Cada día, ya no se educa para “un trabajo sostenible” que lo implica, sino para ser “transformadores” de sociedades “sostenibles”.
Por Wilson Javier Sossa López. Sacerdote eudista del Minuto de Dios
Foto: Secretaría de Educación de Bogotá
