¿Quién es Hildegarda de Bingen, la santa que inspira a Rosalía?

La cantante ha reconocido que su tema ‘Berghain’ está inspirado en esta alemana doctora de la Iglesia

Rosalia

Parece que Rosalía sí que ha encontrado a Dios. Y lo ha hecho a través de las santas. Y es que la cantante ha roto su silencio sobre LUX, el álbum en el que lleva tres años sumergida. En conversación con The New York Times, la artista catalana ha sorprendido al revelar que este nuevo proyecto nace de una búsqueda espiritual: “Hay algo en lo sagrado que siempre me ha llamado, algo que tiene que ver con la entrega y el amor”, confiesa.



Durante el proceso creativo de LUX, Rosalía se ha adentrado durante meses en escritos religiosos y filosóficos —especialmente de mujeres que, desde dentro de la Iglesia, cambiaron el pensamiento cristiano—. “He leído a Santa Teresa de Jesús, a Simone Weil, a Hildegarda de Bingen… todas ellas me han acompañado en este proceso”, ha explicado en la entrevista.

La huella más visible está –por ahora– en una de las canciones del disco: Berghain, interpretada en alemán y dedicada a Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia y una de las grandes compositoras místicas del Medievo. “Si canto en alemán es porque hay inspiración en Hildegard von Bingen”, reconoce Rosalía. De la monja del siglo XII descubrió algo que ha pasado a ser la clave del álbum: “la música puede ser una forma de oración”.

Hildegarda

Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia

Hildegarda, visionaria, música y doctora de la Iglesia

Pero… ¿quién es esa mujer que ha encendido la creatividad de Rosalía? Hildegarda de Bingen (1098-1179) fue una abadesa y mística alemana. Hildegarda no solo escribió teología y visiones proféticas. Compuso música que hoy sigue interpretándose, convencida de que la creación entera —incluida la voz humana— es un eco de la armonía divina. Una sensibilidad mística que encaja a la perfección con lo que Rosalía está explorando: la posibilidad de que una canción sea, en sí misma, una plegaria.

Su vida fue larga, pero su reconocimiento tardó siglos. De hecho, pese a sus talentos, su canonización se demoró muchísimo. No fue hasta 2012 cuando Benedicto XVI la proclamó santa y doctora, en la misma línea que Teresa de Jesús, Teresa de Lisieux o Catalina de Siena: mujeres “poseídas por Dios”, maestras de sabiduría espiritual.

Noticias relacionadas