La estación
Son varios los medios de todo el mundo que se han hecho eco de la nueva estación de la línea 6, la rosa, que el metro de Teherán ha dedicado a la Virgen María. Fue el pasado 18 de octubre cuando se bautizó esta nueva instalación como homenaje a los cristianos y a la propia figura de Nuestra Señora. En un país donde se vive un régimen radical desde hace décadas y el islam chií es algo más que la religión oficial, es un gesto que transmite cierta esperanza.
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La estación se llama ‘Maryam Moghaddas’, algo así como “Santa María” en persa y además cuenta con hasta siete bajorrelieves en sus pasillos en los que la Virgen aparece representada con los ojos cerrados, rezando y con una paloma cerca; o con Jesús y algunos de los templos de los cristianos armenios. Para la oficialidad hay cierta justificación en este gesto ya que en cierto sentido ‘Maryam’ es considerada una figura aglutinadora para los musulmanes y su papel es destacado en relato de la historia de salvación que hace el propio Corán en el que se reivindica también la figura profética del propio Jesús.
La parada se encuentra en el centro de la capital iraní, frente a la catedral armenia de San Sarkis y el parque Sainte-Marie. Las autoridades han destinado a la estación 11 millones de dólares y la arquitecta Tania Khaligh Mehr ha sido la responsable del diseño de la parte artística de los murales en los que lo mismo se cita a poetas persas que al ayatolá Jameneí. Esta es solo una de las 160 estaciones del moderno metro de Teherán –se abrió en 1999– y de hecho en el plan inicial la parada iba a llevar el nombre del estudiante Kamran Nejatollahi, ‘mártir’ de las protestas estudiantiles proislámicas de 1979. Para el alcalde, Alireza Zakani, la estación evoca “a la mujer divina que despertó al mundo con su pureza y dio vida a un gran profeta” como recogió el arzobispo de Teherán en un servicio para la agencia Fides.
Los conversos
La nueva estación es una obra de arte para los usuarios del metro. Pero tal como están en Irán en lo que a respeto de las religiones se refiere, extraña el gesto. Y más cuando el descontento con la perpetuidad de la Revolución Iraní ha ido provocando muchas conversiones de musulmanes a cristianos. En la antigua Persia –en la que algunos de sus pobladores presencian el Pentecostés que se narra en los ‘Hechos de los Apóstoles’– se mantuvieron comunidades históricas como la Iglesia Apostólica Armenia o la Iglesia Asiria del Oriente, además de la minoría católica –que sufre continuas restricciones– concentrada en torno a las delegaciones diplomáticas internacionales o los 7.000 fieles caldeos.
Mientras el islam moderado destaca sobre el gesto de la estación que “este reconocimiento común ilustra cómo, a pesar de las divergencias teológicas, ambas religiones honran y respetan su papel”, según explica la Gran Mezquita de París en su página web, que añade que este paso “ofrece una base común para el respeto mutuo y el diálogo”; las persecuciones no cesan. Sobre todo en lo que a conversos se refiere. El pasado mes de marzo, según recoge ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ tres conversos fueron condenados a 40 años de cárcel por “actividad contraria a la ley islámica”, pertenencia a “grupos de oposición” y “propaganda contra el Estado”. Ellos son Abbas Soori, Mehran Shamloui y Narges Nasri. Fueron detenidos el 3 de noviembre de 2024 durante redadas simultáneas en sus domicilios de Teherán y les confiscaron efectos personales como biblias, cruces e instrumentos musicales. No hay que olvidar que el código penal iraní establece penas de prisión por “insultar al islam” o emprender “actividades desviadas” que «contradigan o interfieran con la ley sagrada del islam”.
El Corán
Lejos se queda de la doctrina que el libro sagrado del islam tiene sobre maría y que ‘La Croix’ ha rescatado con motivo de la nueva estación. Y es que muchos de los versículos que hacen referencia a la Virgen están repartidos por toda la estación. Y es que Maryam –“al-’âbida”, es decir, “ la piadosa” o “la devota”– es la única mujer mencionada (34 veces) por su nombre en el Corán. A ella se le considera una de las cuatro mujeres “perfectas” junto a Fátima, hija de Mahoma; Jadiya, su primera esposa; y Asiya, esposa del faraón que cuida a Moisés.
Modelo de vida espiritual para los místicos musulmanes, el Corán rescata algunos episodios de los evangelios apócrifos sobre la infancia o la relación con Dios especialmente en la Anunciación –aunque en el libro del islam da a luz sola bajo una palmera egipcia–. También se insiste mucho en Jesús como “el Hijo de María” –y, como sería la costumbre, “de José”–, si buen nunca es reconocida como “madre de Dios”.
¿Ablandará este testimonio el corazón de los ayatolás iraníes? Al menos, a los dos millones y medio de pasajeros que usan al día el metro este mensaje puede empezar a llegarles. Especialmente a las mujeres y a los conversos, que son quienes amenazan el ‘status quo’ establecidos por lso clérigos de la revolución islámica.
