El cardenal Robles pide a los católicos de México transmitir “nuestras tradiciones para contrarrestar la influencia de Halloween”

Ante la cercanía del Día de Muertos en el país, el arzobispo de Guadalajara destaca que el 1 de noviembre la Iglesia celebra el Día de Todos los Santos, “hombres y mujeres que, habiendo vivido en fidelidad a Dios, han alcanzado la gloria del Cielo”

Cardenal Francisco Robles

El cardenal Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, recordó a los católicos de México transmitir a niños y adolescentes “valores y tradiciones nuestras para contrarrestar la influencia” del ‘Halloween’ (celebrado el 31 de octubre).



Ante la cercanía del ‘Día de Muertos’ en el país, el arzobispo de Guadalajara destacó que en ese día, 1 de noviembre, la Iglesia celebra el Día de Todos los Santos, “hombres y mujeres que habiendo vivido en fidelidad a Dios, han alcanzado la gloria del Cielo”.

Día de muertos en un panteón de Oaxaca

Día de Muertos en un panteón de Oaxaca, México. Foto: EFE

Desde el 31 de octubre al 2 de noviembre, los mexicanos recuerdan a sus muertos con tradicionales ofrendas pero también con misas; sin embargo, en el caso de los niños y adolescentes se disfrazan y participan en fiestas de ‘Halloween’.

La santidad: “vocación de todos los bautizados”

Es en ese contexto que el cardenal Robles enfatizó: “estas fiestas con ese tinte de ‘Halloween’ y de cosas, muchas veces pega fuerte a los niños y adolescentes, y los padres de familia tienen mucho que ver en transmitirles valores y tradiciones nuestras”.

Resaltó que el Día de Todos los Santos “nos invita a alzar la mirada no hacia figuras lejanas o inalcanzables, sino hacia hermanos nuestros que vivieron con las mismas luchas, dolores y esperanzas que nosotros, y que confiaron plenamente en la gracia de Dios. En ellos contemplamos el triunfo de la santidad cotidiana, de quien ama, sirve, perdona y permanece fiel hasta la muerte”.

Manifestó que la santidad “no es privilegio de unos pocos, sino es vocación de todos los bautizados. Necesitamos testigos y modelos de vida creíbles, que desde su familia, trabajo, comunidad y parroquia vivan el evangelio con radicalidad y alegría. Pidamos la intercesión de todos los santos y que su ejemplo nos impulse a seguir adelante, sabiendo que el Cielo no es una utopía, sino la meta real para quien camina con Cristo”.

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