El Sínodo ha cerrado oficialmente el Jubileo de los equipos sinodales y los organismos de participación, y lo ha hecho con la mirada fija en el próximo gran hito del proceso: la Asamblea Eclesial de 2028. La reunión del XVI Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo, celebrada el domingo 26 de octubre en la sede vaticana, reunió a todos sus miembros —con la única excepción del cardenal Luis José Rueda Aparicio, que intervino en línea— bajo la presidencia del cardenal Mario Grech.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
El encuentro se abrió con una oración y una breve lectio divina, guiada por el benedictino Matteo Ferrari, antes de pasar a la evaluación de lo vivido durante este Jubileo sinodal.
“Un auténtico clima de fraternidad y escucha”
El Consejo utilizó la misma metodología de la conversación en el Espíritu para revisar una experiencia que todos calificaron de “extremadamente fecunda”. Destacaron la dinámica que alternó sesiones plenarias y grupos lingüísticos reducidos, favoreciendo “la oración compartida, el diálogo entre los participantes y aportaciones formativas”.
Uno de los momentos más significativos fue el encuentro-diálogo con el papa León XIV. Los delegados, representantes de todos los continentes, expusieron “los avances, los retos y las iniciativas emprendidas para crecer como Iglesia sinodal”. Cada uno formuló al Papae una pregunta vinculada a su contexto local.
Un nuevo corpus magisterial sobre sinodalidad
Los miembros del Consejo destacaron también el valor doctrinal de la homilía del Papa durante la misa de clausura, que se suma a otros discursos recientes y constituye ya “un corpus significativo de la enseñanza del Pontífice sobre la sinodalidad”. Junto a las luces, también se recogieron propuestas de mejora para futuras convocatorias, al tiempo que se agradeció al equipo de la Secretaría General del Sínodo su “trabajo realizado a pesar de su reducido número”.
El Consejo repasó igualmente los frutos del encuentro mantenido el 25 de octubre con obispos, coordinadores sinodales y responsables de participación. De ese diálogo emergieron áreas prioritarias, que marcarán la agenda en los próximos años. Entre ellas destacan la formación en la espiritualidad sinodal; la articulación entre escucha del Pueblo de Dios y discernimiento pastoral; una evangelización inculturada en contextos diversos; el acompañamiento a quienes viven miedos o decepciones frente al proceso; valorizar y formar mejor a sacerdotes y diáconos; un intercambio global de buenas prácticas; y la profundización teológica y acento pastoral-misionero
Finalmente, se pidió a la Secretaría General elaborar una propuesta operativa que integre todas las necesidades detectadas y “mantenga el enfoque en la sinodalidad y los objetivos del camino hacia la Asamblea Eclesial de 2028”.