LUNES
“No sé qué contaros esta mañana…”. Con estas palabras cargadas de sencillez y humildad se presentaba esta mañana en Madrid Grégoire Ahongbonon, un reparador de neumáticos de Benín que, de un día para otro, se convirtió en el creador de una red de ayuda a los enfermos mentales en Togo, Costa de Marfil y Benín. Por la Fundación San Camilo de Lellis han pasado ya 200.000 personas. “¿Por qué todavía hoy, en pleno siglo XXI, hay hombres, mujeres y niños que todavía están encadenados solo por ser enfermos?”, se pregunta, alertando de cómo en África aún se consideran “endemoniados”. Y no solo allí. Aquí, en la puerta de al lado, se está exorcizando la salud mental, justificando que es cosa del diablo lo que requeriría de una terapia integral. Hágase mirar o llegará el rechinar de dientes por una supuesta persecución eclesial.
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VIERNES
Esther y Ramón siempre tuvieron claro que eso de la vocación no era solo cuestión de curas y monjas. Ellos y quienes confiaron en ellos para que un matrimonio fuera el que nos despertara y acompañara para descubrir si, de alguna manera, nuestros sueños y los sueños de Dios convergían. Hubo una película de por medio: ‘Un lugar en el mundo’. También fue Concha de Oro en San Sebastián. Y sí, brotaron vocaciones a diferentes formas de vida. Sin necesidad de forzar ni llevar a nadie al precipicio para soltar a un abismo sin paracaídas. Porque el Espíritu suele ser más eficaz en el susurro que con los decibelios desaforados.
MARTES
Sancionar con el Código de Derecho Canónico en mano es lo suyo. Pero cuando llega la denuncia, se investiga y se verifica. Que se ejecute a golpe de escándalo mediático solo da alas a quien extorsiona.
MIÉRCOLES
Nicolás Maduro: “Baltazar Porras dedicó toda su vida para que José Gregorio no llegara a ser santo, pero ha sido derrotado por Dios, por el pueblo, y hoy José Gregorio es santo a pesar de ti y de los tuyos, de tu cofradía”. El autócrata bolivariano siempre ha sido una fuente creíble en lo eclesial. Que pregunten en el Dicasterio para las Causas de los Santos y que escuchen en los ecos de los pasillos de Santa Marta los desvelos que ha dedicado el purpurado para que Roma elevara a los altares al médico venezolano. Ser el cardenal de la libertad tiene un precio. El mismo que implicó que su nombramiento como arzobispo de Caracas se quedara congelado hasta que le vino en gana a aquel que decide que la Navidad empieza el 1 de octubre.

Nicolás Maduro
