Pobres con voz propia: conventos que saben contemplar y sentar a la mesa al olvidado

  • Las carmelitas descalzas de Zamora, así como otras religiosas de clausura, viven la caridad desde pequeños gestos
  • Vida Nueva personaliza las realidades eclesiales que aborda la exhortación papal ‘Dilexi te’
  • EDITORIAL: La opción preferencial de todos

Carmelitas Descalzas de Toro (Zamora)

Uno de los caminos, quizá inexplorados, que el papa León XIV transita en su primera exhortación apostólica, ‘Dilexi te’, es “el cuidado de los pobres en la vida monástica”. Ya Francisco en ‘Evangelii gaudium’ aseguraba que “el verdadero amor siempre es contemplativo, nos permite servir al otro no por necesidad o por vanidad, sino porque él es bello, más allá de su apariencia”. Ahora, su sucesor destaca que, desde su origen en el desierto, la vida monástica fue “un testimonio de solidaridad”, pues asumir el voto de pobreza expresa de forma radical su austeridad para centrarse en lo esencial. Por ello, los monasterios nunca han renunciado a la hospitalidad, consagrada como valor casi carismático en la Regla de san Benito, como rasgo identificador junto a la oración. “No se trataba solo de palabras: los monasterios benedictinos fueron, durante siglos, lugares de refugio para viudas, niños abandonados, peregrinos y mendigos”, comenta el Papa en el número 55 de la exhortación. Luego vendrían las iniciativas formativas y culturales sin perder el sentido original de que, como dice León XIV, “el claustro no es un mero refugio del mundo, sino una escuela en la que se aprende a servirlo mejor”.



Esta sensibilidad ha llegado hasta el día de hoy. Así, las carmelitas descalzas de Zamora viven la caridad desde pequeños gestos que la vida va poniendo por delante, como ayudar o poner en contacto a personas que pueden hacerlo por algunas familias, la “acogida y el cariño a otro tipo de personas empobrecidas”, como el centro para personas con discapacidad psíquica que tienen en Toro, o la atención de cuantos necesitan escucha y se acercan a la portería del convento, además de las colaboraciones económicas en campañas o en situaciones de catástrofes.

El apoyo con gestiones u otras necesidades es una ayuda que, en Sevilla, presta la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua que tiene entre sus fines el apoyo a las comunidades de religiosas contemplativas de la archidiócesis para sostener su misión en la Iglesia. Su hermano mayor, Manuel García Preciados, no solo es consciente del trabajo que las religiosas realizan para subsistir, sino la misión que hacen en las hospederías, la venta de dulces y también repartiendo bocadillos y fruta a los más necesitados en el centro de la capital Hispalense. Para el cofrade, “la mención del Papa puede reactivar esta dimensión en todos los conventos y monasterios”, señala a Vida Nueva.

Carmelitas Descalzas de Toro (Zamora)

Carmelitas Descalzas de Toro (Zamora)

Acogida de refugiados

Iniciativas hay muchas. Las carmelitas de Mataró tienen un huerto social en el monasterio o las agustinas de la Conversión de Sotillo de Adrada acogen bajo su techo “a personas con problemas de adicciones” con las que organizan campos de trabajo. Por otro lado, unas carmelitas descalzas de Hondarribia, desde hace más de un año tienen en acogida a familias de refugiados en la hospedaría, en colaboración con la Fundación Loiolaetxea de los jesuitas. Las monjas conviven actualmente con una familia afgana, una viuda con cinco hijos, tras haber recibido previamente “familias de Ucrania, Georgia y de un campo de refugiados sirio, unos musulmanes que acabaron yendo a la Misa del Gallo”. Les ayudan “consiguiendo ropa y muebles o a ir al dentista”, a pesar de “ir económicamente justas”, y no reciben subvenciones, como confiesa sor Patricia Noya. “Son como nuestra familia” y “ha sido un aprendizaje mutuo”, añade, recordando que todo empezó con la guerra en Ucrania. En esta acogida han implicado a los amigos de la casa y a cuantos pasan por la hospedería. “Es lo que estamos haciendo, aunque discretamente, con nuestro afecto y simpatía”, añade al repasar el texto de la exhortación.

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