“Los inmigrantes y refugiados no son una amenaza, sino parte de la esperanza del trabajo. Los animo a seguir abogando para que la sociedad respete la dignidad humana de los más vulnerables”. Así ha hablado este jueves el papa León XIV ante una delegación de líderes sindicales de Chicago.
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El Papa saludó a los dirigentes obreros e invitados que acudieron a Roma con motivo del Año Jubilar, recordando que su labor “contribuye al bien común y a la creación de una sociedad donde todos puedan prosperar”. Asimismo, León XIV ha subrayado que “el trabajo no es una mercancía, sino una vocación que dignifica a la persona y sostiene el tejido de la comunidad”.
“Renacer cada día en las periferias”
El Papa citó el llamado de su predecesor, Francisco, quien instó a los sindicatos a “renacer cada día en las periferias”, y reconoció el esfuerzo de los líderes laborales de Chicago por incluir a las minorías y ampliar el acceso a la formación y al aprendizaje profesional.
“Es alentador saber de los avances que han logrado para ampliar la participación e inclusión de las minorías en el movimiento laboral, así como por su compromiso con la protección del medio ambiente y el desarrollo de energías renovables”, ha añadido León XIV. Para León XIV, este compromiso ecológico “no solo es encomiable, sino también urgente, dada la necesidad de cuidar nuestra casa común”.
“Un sindicalismo con alma”
Por otro lado, el Papa elogió la dimensión solidaria del sindicalismo cristiano, que no se limita a la defensa de derechos, sino que se convierte en una expresión de fe y fraternidad. “Su apoyo a los bancos de alimentos y albergues muestra que el movimiento obrero puede ser también un movimiento del corazón, capaz de acoger, sanar y construir comunidad.” El Papa ha señalado, además, que “se necesitan políticas adecuadas para garantizar la seguridad de las comunidades, pero sin sacrificar la dignidad humana”, insistiendo en que la justicia social y la hospitalidad deben ir de la mano.
De esta manera, León XIV ha animado a los sindicalistas a que su peregrinación jubilar a Roma sea también “una renovación interior de la mente y del corazón”, e invitó a meditar sobre los derechos y deberes de los trabajadores desde la luz del Evangelio.