SÁBADO
A mediodía. Encuentro de responsables locales de misión compartida. Marina Panera nos descoloca. Y hace bien. “¿Qué queremos ser?”. Pregunta en plural sinodal. El riesgo de convertirse en fortaleza que busca custodiar un carisma con el peligro de levantar muros, cerrar puertas… La oportunidad de ser tienda abierta, que se ensancha, se agranda, asume riesgos. La tentación de dejarse atrapar por estructuras que aprietan, de itinerarios que nivelan y clasifican…
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Por la tarde. Concierto de Maite López. Estreno de Mi alma canta. En familia. Versos depurados con melodías sencillas, que no simples, que recogen salmos, el Magníficat, las Bienaventuranzas… “Os invito a saborear esta Palabra de Dios. Porque me dedico a rezar, no a cantar”. Lo atestigua una compositora que no enlaza compases en un estudio. Entra en su cuarto, cierra la puerta y ora al Padre, que está en lo secreto. Ahí, en la intimidad del encuentro, el alma canta.
DOMINGO
Plaza de Colón. Ha llovido desde la última vez que vino a Madrid. En aquel momento, conseguir una entrada fue imposible. Por impagable. Ahora, gratis. Embobado por un directo que huye de ‘autotune’ y bases grabadas. Envuelta en una banda que se extraña en los escenarios. Su voz, sin quebrar una nota. Con fuerza cuando su cuerpo pide salsa. Y la capacidad de adentrarse en un bolero justo después. Al fin y al cabo, los cambios de ritmo de la vida. Y sin apagar su conciencia crítica. Cantando a su ‘Cuba libre’, volvió a soñar con su vuelta a casa: “Ayúdennos a celebrar la libertad en el mundo entero”. Y susurrando ‘Mi tierra’, llamó a la acogida sin recelos: “Les doy gracias España por abrir las puertas. Sabemos cuánto aportan los inmigrantes. Somos seres humanos y todos queremos respeto y amor”. Ovación. Gloria bendita. Bendita Gloria Estefan.
MARTES
Universidad Eclesiástica San Dámaso. Inauguración del curso ‘Movimientos eclesiales, nuevas comunidades y hermandades’. Apertura a cargo de Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de la Santa Sede. Contundente, tanto en su dominio del castellano como en los recados que deja. “Algunos dirigentes se han presentado como imprescindibles o han asumido un liderazgo absoluto y eterno”, denuncia. Y va más allá, apuntando a los que disfrazan su autoridad de “espiritualismo”. “Quienes ocupan cargos directivos de gobierno en los distintos niveles no pueden encargarse también del acompañamiento espiritual”, advierte.
Linda Ghisoni, en la Universidad Eclesiástica San Dámaso
