Los obispos de las diócesis de la provincia de Corrientes, José A. Larregain Ofm. arzobispo de Corrientes; Adolfo Canecín, obispo de Goya, y Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé, han enviado un mensaje a la comunidad correntina ante el debate y la aprobación de la Ley de Narcomenudeo en la provincia, titulado ‘La droga es una herida’.
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A través de cinco puntos, indicaron su parecer, fruto de su fe en Jesucristo y de su responsabilidad como pastores.
Nuevos escenarios y nuevos
1. Un dolor que compartimos
Afirmaron que son testigos del sufrimiento de muchas familias golpeadas por las adicciones, particularmente de los más jóvenes que, vulnerables, quedan atrapados en el consumo de sustancias que destruyen la vida, la esperanza y los vínculos más profundos.
Recordaron las palabras del papa Francisco a los participantes de la Conferencia Internacional sobre las drogas (2014), que expresó que la droga es una herida en la sociedad que atrapa a familias enteras. Ellos, reconocen que esta herida abierta en todo el mundo está presente en la provincia.
2. Una ley que interpela
Los obispos correntinos manifestaron que recibieron la noticia de la sanción de la Ley de Narcomenudeo, con entusiasmo. Saben que su promulgación abrirá nuevos escenarios y desafíos que involucran no solo el ámbito judicial y policial, sino también el social.
Para ellos, la ley necesita de la voluntad positiva de quienes son responsables de la ejecución y de una inversión económica para crear estructuras que hagan posible su cumplimiento. Pretenden que esta ley “no se contente sólo con atrapar al más débil y vulnerable, sino que logre desenmascarar y poner en evidencia cualquier tipo de impunidad”.
Se preguntan si se contará con los recursos necesarios para atender integralmente a las personal con problemas de consumo y si la justicia podrá responder con celeridad cualquier tipo de manejo espurio, de corrupción o de miedo.
Pacto por la Vida
3. El desafío de la prevención y la inclusión
Los prelados sostuvieron que esta pelea contra las adicciones es un fenómeno complejo que no puede reducirse a la lucha contra el narcotráfico o el narcomenudeo. Un abordaje más amplio y un compromiso integral, debe incluir:
- prevención desde la infancia y la adolescencia, con educación, deporte, cultura y proyectos de vida
- centros de tratamiento y recuperación accesibles, con acompañamiento humano, terapéutico y espiritual
- oportunidades laborales y sociales que devuelvan dignidad a quienes hoy sienten que no tienen futuro
- acompañamiento cercano a las familias que sufren, que son la primera red de contención y, muchas veces, las más solas se sienten frente a este dolor
4. Una interpelación a la conciencia social
Los titulares de las jurisdicciones eclesiásticas de Corrientes ratificaron que no pueden ser indiferentes. “No podemos ser indiferentes. El narcotráfico no es solo un problema de ‘los otros’: hiere el corazón mismo de nuestro pueblo, genera violencia, destruye nuestras instituciones y vulnera gravemente la paz social”
Se preguntan, entonces, qué lugar se le da a los jóvenes en las propias instituciones y comunidades, y qué testimonio de vida ofrecen los adultos; y si están dispuestos a priorizar la vida de los niños, adolescentes y jóvenes por sobre cualquier tipo de interés económico, partidario o político.
5. En Cristo y María, nace una nueva Esperanza
Afirmaron que, en medio de un tiempo inquietante, siguen creyendo en la fuerza de la vida, de la fe y de la esperanza, porque la vida de cada joven vale mucho y nadie está perdido para siempre.
Para concluir el mensaje, aseguran que ponen en el corazón de Nuestra Señora de Itatí, ponemos la vida del pueblo correntino y este nuevo instrumento que el Estado ha decidido utilizar en la lucha contra las adicciones. Que la Madre les enseñe a cuidar la vida más vulnerable y les de valentía para comprometernos en la construcción de una sociedad libre de todo daño. Y convocan a todos a un gran pacto por la vida y la dignidad de la gente.