La nueva arzobispa de Canterbury: “Quiero ser una pastora que permita el ministerio y vocación de todos”

En su primer discurso como líder de 85 millones de anglicanos, Sarah Mullally condena el atentado a una sinagoga en Manchester: “No se puede permitir que el odio y el racismo de cualquier tipo nos desgarren”

Sarah Mullally

Sonriente y serena. Así se presentó Sarah Mullally en la catedral de Canterbury tras ser nombrada la primera arzobispa de la diócesis primada de la Iglesia de Inglaterra, desde que San Agustín llegó a Kent desde Roma en 597. De esta manera, ejerce de ‘primus inter pares’ (o primero entre iguales) de los Primados de la Comunión Anglicana global, compuesta por alrededor de 85 millones de personas en 165 países.



“No se puede permitir que el odio y el racismo de cualquier tipo nos desgarren”, dijo en su primer discurso desde el altar del templo, en una referencia directa al reciente atentado mortal en una sinagoga de Manchester. Es más, añadió que la Iglesia anglicana tiene la responsabilidad de “apoyar a la comunidad judía contra el antisemitismo”. En su primera intervención no eludió la crisis de los abusos sexuales que obligó a dimitir a su predecesor, Justin Welby. La nueva arzobispa confesó que abordarlo “no será fácil”, a la vez que se comprometió a escuchar a las víctimas. 

Profunda incertidumbre

Al analizar el contexto internacional, Mullally se detuvo en la “profunda incertidumbre global” para hacer un llamamiento a vivir con esperanza: “En una época que anhela certezas, el anglicanismo ofrece algo más tranquilo y más fuerte”.

Sarah Mullally

Sarah Mullally

“Hoy se ha hablado mucho sobre que éste es un momento histórico”, comentó, consciente del impacto generado por el hecho de ser la primera mujer elegida para esta responsabilidad. De hecho, apuntó que algunos se preguntarán qué significa para una mujer dirigir la Iglesia de Inglaterra: “Tengo la intención de ser una pastora que permita que el ministerio y la vocación de todos florezcan, sea cual sea la tradición”. Justo después, agradeció a todas las mujeres que la precedieron “por su apoyo e inspiración”. “No siempre haré las cosas bien”, continúo en la parte final de su alocución, con una petición: “Por favor, oren por mí, como yo oro por ustedes”.

Escuchar profundamente

Enfermera de 63 años, casada y con dos hijos, la hasta ahora obispa de Londres se ha convertido en el 106.º arzobispo de Canterbury y tras la renuncia de su predecesor, Justin Welby en noviembre de 2024. Antes de su discurso en la catedral, en sus primeras palabras al frente de los anglicanos, la arzobispa explicó que “en cada etapa de ese viaje, a través de mi carrera de enfermería y el ministerio cristiano, he aprendido a escuchar profundamente, a las personas y al suave impulso de Dios, para tratar de unir a las personas para encontrar esperanza y sanación”. “Al responder al llamado de Cristo a este nuevo ministerio, lo hago con el mismo espíritu de servicio a Dios y a los demás que me ha motivado desde que llegué a la fe cuando era adolescente”, añadió.

Sarah Mullally

Sarah Mullally

“Quiero, sencillamente, animar a la Iglesia a seguir creciendo en la confianza en el Evangelio, a hablar del amor que encontramos en Jesucristo y a que éste modele nuestras acciones”, apuntó Mullally. Justo después apuntó que “espero compartir este viaje de fe con los millones de personas que sirven a Dios y a sus comunidades en parroquias de todo el país y en toda la Comunión Anglicana mundial”.

Sabedora de que “es una gran responsabilidad”, asegura afrontarla con “un sentimiento de paz y confianza en que Dios me llevará como siempre lo ha hecho”.

Noticias relacionadas