Tras su reciente paso por Madrid, arranca gira por toda España con ‘Las amargas lágrimas de Petra von Kant’, de Fassbinder, acompañada por Ana Torrent, Aura Garrido, Maribel Vitar y Julia Monje. Además, este año, María Luisa San José ha recibido la Biznaga Ciudad del Paraíso en reconocimiento a una carrera de cinco décadas y a su aclamado trabajo en títulos como ‘El diputado’, ‘Pajarico’ o ‘Soldadito español’. Toda una luchadora sin la que nuestro cine sería un poco menos luminoso.
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PREGUNTA.- ¿Qué ofrece esta nueva versión de ‘Las amargas lágrimas de Petra von Kant’?
RESPUESTA.- Consolidar lo que hace 50 años era casi imposible: que todos tenemos derecho a casi todo, y Fassbinder ya lo adelantó. Se ha luchado para que estos derechos estén ahí, se entiendan y se respeten. (…)
P.- Este año recibía la Biznaga ‘Ciudad del Paraíso’ en el 28º Festival de Málaga…
R.- Fue una sorpresa, pero me produjo orgullo porque se dijo que el premio es para una persona imprescindible en el cine español. Es un honor inmenso y estoy muy agradecida. (…)
Los años del “destape”
P.- Ha hecho de todo: modelo, locutora y, siendo actriz, llegó el “destape”…
R.- Fue un momento muy importante para el país. Nadie sabía cómo afrontar ese cambio: pasar de un cine en blanco y negro, con mujeres tapadas hasta las orejas, a romper con todo eso. Impactó profundamente en la cultura y la educación. (…)
P.- Colabora con la Plataforma de Mujeres Artistas, ACNUR, la Fundación Vicente Ferrer, la ONG Business Professional Women…
R.- Sí, donde pueda ayudar. También con grupos de mujeres profesionales que luchan por la igualdad. Nunca he dejado mi parte comprometida, y ahí estaré hasta el día en que me muera.
Paciencia y constancia
P.- Fassbinder dice en la obra que hay que tener humildad para soportar lo que nos pasa.
R.- Más que humildad, diría que paciencia y constancia. Hay que estar siempre alerta, sin despistarse. Eso ha sido mi vida: no dormirme, estar siempre ahí.
P.- ¿Es una mujer espiritual?
R.- Soy espiritual, pero no creyente. No creo en las religiones establecidas. Respeto las creencias de los demás, pero no comparto ninguna estructura. Me gusta meditar, pero no tengo referentes ni símbolos. Cada uno debe tener su propia espiritualidad.
