El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, reivindicó esta mañana “el respeto al principio de legalidad, la división de poderes, la consideración debida a la magistratura y la independencia judicial son elementos fundamentales no sólo del Estado de Derecho, sino del armazón ético por el que debe discurrir nuestra convivencia”.
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Así lo expresó esta mañana en la apertura del año judicial, en el transcurso de la eucaristía que presidió en la parroquia de Santa Bárbara. En la misma, participaron, entre otros, magistrados del Tribunal Supremo, vocales del Consejo General del Poder Judicial y magistrados de la Audiencia Nacional y del Tribunal Superior de Justicia, entre otros.
Mientras la polarización política se visibilizaría minutos más tarde en la sede del Tribunal Supremo, en el acto presidido por el rey Felipe VI, desde el templo aledaño al Alto Tribunal, el propio Cobo admitía antes que no estamos “para demasiadas fiestas”. “Lo sabéis mejor que yo quienes, desde distintas responsabilidades en la magistratura, la fiscalía y todos los servicios que presta la administración de justicia, iniciáis este nuevo año judicial”, dejaba caer el purpurado.
Honestidad y esperanza
“Vivimos tiempos complicados, de tensiones sociales y de horizontes inciertos”, expresaría en otro momento de la homilía, para poner en primer plano la virtud de la “perseverancia”. Para el arzobispo, la vocación de quienes sirven a la Justicia ha de ser “vivida con honestidad y con esperanza”, como “verdadero servicio al bien común y un signo de esperanza para todos”.
En este sentido, instó a los responsables del ámbito judicial a primar “la inquebrantable dignidad de la persona humana y su derecho a la vida y a su cuidado”. De la misma manera, les alentó a “aunar justicia con misericordia porque la justicia por sí sola no es suficiente”. “Aún más, puede conducir a la negación y aniquilamiento de sí misma, si no se le permite esa forma más profunda que es el amor”, apostilló. En esa misma línea, el cardenal les planteó que en su trabajo han de mostrar “con palabras y hechos, que la justicia restaura y sana y que, no por casualidad, es la primera de las virtudes cardinales”.
Vocación de servicio
“Sin justicia, el mundo se desliza hacia la barbarie”, expresó en su homilía el purpurado, con un respaldo a la labor a todos y cada uno de los presentes: “Os necesitamos”.
El cardenal José Cobo, el miércoles 3 de septiembre, en la toma de posesión de los presidentes de las Salas de lo Penal y de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo
Con este punto de partida, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española invitó a los presentes a recuperar la alegría que nace de Jesús, a la vez que dio “gracias a Dios por vuestra vocación al servicio de la justicia”. “Gracias a vosotros por no caer en la rutina ni en el escepticismo”, entonó el cardenal, que también agradeció su capacidad para “no limitaros a ‘remendar mantos viejos’, sino por buscar hacer de vuestro trabajo un lugar donde la justicia tenga rostro y alma”.
Tarea diaria
Para Cobo, la justicia “no es un ente o un cuerpo inerme”, sino que “la justicia la hacéis cada uno y cada una con vuestra tarea diaria, tomando decisiones, respondiendo a una vocación concreta que hoy ponemos delante del Dios de la Justicia para que os abrace y ponga alma a vuestros pasos”.
El cardenal José Cobo, el miércoles 3 de septiembre, en la toma de posesión de los presidentes de las Salas de lo Penal y de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo
Desde ahí, invitó a quienes se dieron cita en la misa a mirar a Cristo para “actuar con justicia, con objetividad, con ecuanimidad, en todas las circunstancias de la vida y, de manera especial, en las responsabilidades que cada uno asume en su trabajo”. “Su cercanía nos convierte en sembradores de humanidad y de empatía allí donde más se necesitan”, compartió.