“En la sed de Cristo podemos reconocer toda nuestra sed. Y aprender que no hay nada más humano, nada más divino, que saber decir: necesito”. Así lo ha expresado el papa León XIV durante la audiencia general en el marco de su catequesis sobre el misterio que encierran las palabras de Jesús en la cruz: “Tengo sed”.
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Para el Pontífice, “la sed del crucificado no es solo una cuestión fisiológica, se trata de la profunda expresión de un deseo: Jesús tiene sed de amor, de relación y de comunión. No se avergüenza de haber asumido nuestra humanidad frágil. Aquel que lo ha dado todo, no vacila en mostrarse necesitado”.
“Este gesto es un signo elocuente de que el hombre no se realiza por la fuerza del poder, de que no se basta a sí mismo para salvarse, sino que está necesitado de los demás, que tiene que aprender a abrirse confiadamente al otro. Para que nuestro amor sea auténtico, debemos no solo darlo, sino recibirlo. Jesús nos enseña a dar, pero también a recibir amor”, ha agregado.
Según sus palabras, “la sed de Jesús en la cruz es también la de la humanidad herida por el pecado, es decir, la que, reconociendo la fragilidad humana, no la esconde, sino que sabe pedir perdón al Dios del amor”.
El papa León XIV en la audiencia general
El perdón verdadero
Asimismo, ha señalado que “el perdón, el verdadero, nace cuando podemos mirar de frente nuestra necesidad y ya no temer ser rechazados”. Y ha continuado: “En la fraternidad, en la vida sencilla, en el arte de pedir sin vergüenza y de ofrecer sin cálculo, se esconde una alegría que el mundo no conoce”.
En ese sentido, ha insistido: “No tengamos miedo de pedir su amor misericordioso, incluso cuando pensamos que no lo merecemos, aprendamos a tender la mano sin avergonzarnos, en ese gesto sencillo se esconde la salvación”.
En su saludo a los peregrinos de lengua española, León XIV ha recordado que hoy se celebra la fiesta litúrgica de san Gregorio Magno. “Pidamos al Señor que en nuestro peregrinar por este mundo, por la intercesión de este santo Papa, seamos capaces de reconocer con humildad nuestra necesidad del amor de Dios y el de nuestros hermanos”, ha subrayado.
Al término de la audiencia general, Robert Francis Prevost pidió devolver la paz, la esperanza y la dignidad a Sudán tras el deslizamiento de tierras que ha provocado más de 1.000 muertos esta semana.