Tribuna

Haciendo eco… con los Catequistas (II)

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Ministros formados

Queridos catequistas… qué hermosa experiencia comenzamos a resonar con la configuración en el misterio que compartimos y en el cual nos movemos y existimos.

Frans De Vos, el padre la catequesis renovada en Argentina nos enseñaba que una de las primeras consecuencias es ser “ministros formados”. Por tal motivo, en esta semana queremos hacer eco de esas intuiciones que nos van moldeando al estilo de Jesús.

a.      Aprendizaje teológico y metodológico:

Porque somos convocados por la Trinidad, los catequistas, junto con todos nuestros hermanos, profundizamos la fe que profesamos, celebramos y anunciamos.

Aprender “teología” no es saber de conceptos, sino adentrarnos en la contemplación de un Dios que está y acompaña la vida desde los inicios hasta el fin de los tiempos, haciéndonos partícipes de su misterio y llamándonos amigos (DV 2, 25; GS 19, 21)

Este aprendizaje teológico nos proyecta a vivir aggiornando y profundizando el misterio de Dios que vamos descubriendo. ¡Por eso, no nos quedamos aferrados a conceptos antiguos, a teologías de antaño, sino que los actualizamos para que hoy, la fe de siempre anuncie la novedad que da sentido a la vida!

Formarnos teológicamente, nos hace vivir en comunión con la manera en la que Dios se comunica y revela, es decir, asumir la dimensión de la metodología “porque se elabora en gran parte desde una reflexión teológica sobre su contenido, es así que en metodología partimos del cuestionamiento del catequizando porque el mismo Dios escucha el clamor de su pueblo” (De Vos, Frans, 2019, pág. 21).

Contenido y método en la fe van unidos, porque la manera en cómo compartimos la fe es “la puesta en práctica de la pedagogía de Dios” (De Vos, Frans, 2019, págs. 43-44).

Unos de los grandes problemas que seguro vivimos en nuestros territorios pastorales, es que muchos piensan que aprender teología no implica aprender a “hacer resonancia”. ¡Grave error! Para la iglesia la teología dogmática y la teología pastoral tienen la misma raíz: son teología.

Es por ello que los catequistas, aprehendemos de/con la Trinidad y “una de las características más resaltante de la pedagogía de Dios es su adaptación a los hombres en sus distintas etapas histórica y en su desarrollo progresivo” (De Vos, Frans, 2002, pág. 87). Quizás por esto mismo, a una formación que no asuma este principio no podría ser catalogada de catequística (De Vos, Frans, 2019, págs. 24-25).

b.      Ciencias humanas:

Ser y hacer es vivir anunciando lo que Dios ha unido: razón y fe, inmanencia y trascendencia, eternidad y temporalidad, divino y humano, historia y plenitud… Jesús es el claro testimonio de ello.

Los grandes aportes de la renovación del siglo pasado en la fe, es que los cristianos contemplamos la vida para “discernir las situaciones a la que se debe dar respuesta por medio de la educación de la fe y por la intervención oportuna de profesionales” (De Vos, Frans, 2019, pág. 41). Y por ello, queridos catequistas, nos formamos en la manera en como convivimos los seres humanos y formamos grupos (sociología)Ser cristianos es vivir en comunidades de fe que hacen eco de la propuesta de Dios, por lo tanto, aprender de esa ciencia es porque “el carácter comunitario de la iglesia lo exige” (De Vos, Frans, 2002, pág. 114).

Otras ciencias que nos ayudan a comunicar la fe a personas concretas y con sus vivencias. Por un lado, la psicología para interpretar las etapas evolutivas de los catequizandos y adecuar a ellos los contenidos de fe, y comprender la interioridad y vinculación de las personas con los demás, con ellas mismas y con Dios. Por otro lado, está la historia para comprender los momentos que se transitan y poder contextualizar los distintos elementos que aparecen en la interpretación de la Revelación. Incluso para contemplar que, a lo largo de esos siglos, la predicación de la Iglesia se adaptó a la ubicación espacio temporal y, a su vez, para que el mismo catequista comprenda en qué momento está, para no ser un fundamentalista de un período del pasado. También son importantes la pedagogía y didáctica para comprender cómo aprende el ser humano; y la antropología porque ella puede brindar “una visión integral” del mismo (De Vos, Frans, 2002, pág. 113). Seguro hay muchas más ciencias, lo medular aquí es vislumbrar que ser catequista es estar en diálogo con el mundo y con las ciencias humanas que nos brindan elementos para comprender al ser humano con quienes interlocutamos en el proceso de fe.

Catequistas II 2025

c.       Espiritualidad:

La catequesis es un ministerio, por lo tanto, los catequistas somos ministros con una vocación que es fruto del llamado de Dios, por ende, no es delegada por la jerarquía. Este llamado divino “es ese sentido que lo capacita y lo sensibiliza desde adentro para elaborar el método catequístico, no en su aspecto técnico, sino desde la conciencia del amor del Padre que se derrama en nosotros” (De Vos, Frans, 2019, pág. 38). La dimensión formativa de la espiritualidad cristiana para que sea catequística posee dos ejes medulares: fidelidad a Dios y al ser humano en su ubicación espacio temporal. A ello se le suman las otras riquezas de la vida de fe cristiana: sacramentos, liturgia, oración personal y comunitaria, obras de caridad, campamentos, retiros, jornadas, magisterio, convivencias, encuentros fraternos y festivos, celebraciones cotidianas, actos piadosos, etc. Cabe recordar que la espiritualidad no es algo fuera de lo común o de congregaciones religiosas o de movimientos históricos de espiritualidad o rezar, porque ella “es propio de la vida cristiana y de toda actividad en la Iglesia. Los catequistas la viven en la medida que se dejan guiar por el Evangelio y por el Espíritu de Jesús y vivan con la Iglesia y en comunidad” (De Vos, Frans, 1990).

d.      Práctica Catequística:

La formación es como un gerundio: mientras lo hacemos (Curia, Christian, 2018), es decir, los cristianos, especialmente los catequistas, realizamos nuestra vocación siendo catequistas, haciendo catequesis. Una formación puramente teórica es información, es un paso, pero no sería la finalidad de la perspectiva catequética. El ex obispo de Roma, Francisco, en el Directorio para la Catequesis del año 2020 confirma esta iniciativa y profecía de Frans De Vos en el magisterio. La práctica catequística es aprendizaje y formativa de la vida de los catequistas cuando es comprendida como tal, y no una mera “transmisión” que “da catequesis” sino que es capaz “de hacer catequesis” en la vida de los interlocutores con quienes convivimos en el proceso de maduración y crecimiento en la fe. Así como la vida eucarística se “aprehende” comulgando sin poner condiciones previas, porque Dios no ama condicionando, sino comunicándose.

Feliz mes, catequistas… (continuaremos)

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Trabajos citados

Concilio Vaticano II – Dei Verbum (1965). Obtenido de https://www.vatican.va/
Concilio Vaticano II – Gaudium Et Spes (1965). Obtenido de https://www.vatican.va/
Curia, Christian. (2018). La #vida nos da #señales. CABA: PPC.
De Vos, Frans. (1990). La espiritualidad del Catequista. Lomas de Zamora: La Semilla.
De Vos, Frans. (2002). Pensar la Catequesis. CABA: Claretiana.
De Vos, Frans. (2019). Metodología Catequística. CABA: Claretiana.