Imanol Zubero: “Se necesitan nuevas sensibilidades capaces de imaginar otras formas de organizar el trabajo y la vida”

Imanol Zubero, sociólogo y autor colaborador de FOESSA, ofreció ayer la ponencia marco de los cursos de verano de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), que se están celebrando en el Colegio Mayor Universitario Marqués de la Ensenada del 4 al 10 de agosto.

Titulada ‘Ante las nuevas vulnerabilidades en el mundo del trabajo: nuevas sensibilidades y respuestas’, Zubero comenzó su intervención ante los 200 militantes recordando que “el mundo del trabajo está atravesado por transformaciones profundas que generan nuevas vulnerabilidades para millones de personas. Estas no surgen de manera aislada, sino que se sitúan en la intersección de varios fenómenos contemporáneos”.

Por eso, “identificarlas es clave para pensar en qué tipo de sensibilidades necesitamos desarrollar y qué respuestas sociales, políticas y éticas debemos construir”.

En concreto, se refirió a cinco de ellas: el paradigma tecnocrático, que destruye y precariza empleos; la degradación ambiental, que amenaza la vida y la Casa común; la criminalización de trabajadores migrantes, excluidos del derecho de ciudadanía; el impacto específico de la desigualdad y el trabajo indigno sobre las mujeres; y la llamada flexiexplotación, que socava derechos laborales elementales.

Trabajo

Nuevas sensibilidades

Para Zubero, “frente a estas vulnerabilidades, las respuestas no pueden limitarse a medidas técnicas o asistenciales. Se necesitan nuevas sensibilidades capaces de imaginar otras formas de organizar el trabajo y la vida: una sensibilidad ecológica que sitúe la sostenibilidad en el centro de la economía; una sensibilidad feminista que reconozca el valor del cuidado y la interdependencia; una sensibilidad intercultural que abrace la diversidad como riqueza y no como amenaza; y una sensibilidad social que rechace la precariedad como norma y defienda la dignidad para todas las personas”.

Y, sobre todo, añadió: “Hace falta escuchar a quienes más sufren estas vulnerabilidades: migrantes, mujeres, jóvenes, mayores y sectores precarizados. Desde sus voces se pueden construir respuestas transformadoras que no sean meros parches, sino pasos hacia un modelo más justo, sostenible y humano”.