Tribuna

La espiritualidad ignaciana, una forma de aprender y de crecer

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En un mundo donde la educación se enfrenta a retos crecientes, las universidades jesuitas se destacan por su enfoque único e integral, basado en el paradigma Ledesma-Kolvenbach. Se trata de un modelo educativo que combina tradición y modernidad, porque recoge la tradición educativa jesuita y la actualiza a las condiciones de nuestro tiempo yendo más allá de las meras exigencias del mercado. Pero, ¿qué hace especial a esta pedagogía?



El paradigma Ledesma-Kolvenbach toma su nombre de Diego de Ledesma, pedagogo jesuita del siglo XVI, y del Padre Peter Hans Kolvenbach, que fue Superior General de la Compañía de Jesús hasta 2008. Ambos redefinieron los pilares de la educación jesuítica, sintetizándolos en cuatro principios fundamentales: utilitas (utilidad), iustitia (justicia), humanitas (humanidad) y fides (fe). Cada uno de estos principios inspira la formación de profesionales comprometidos con el bien común, preparados para enfrentar los desafíos del presente y del futuro.

Utilitas: educación para el servicio

En el corazón del paradigma está la utilidad, entendida ante todo como competencia profesional, que es lo que pide la sociedad. Pero esta competencia no puede entenderse solo como oportunidad para quien se forma, sino también como servicio a la sociedad. Las universidades jesuitas buscan formar profesionales que no solo sean competentes técnicamente, sino también conscientes del impacto de sus acciones.

Iustitia: compromiso con la justicia

La promoción de la justicia es otro pilar esencial, que abre al profesional a su condición de ciudadano. Inspiradas por una visión del mundo que prioriza los derechos de los más desfavorecidos, estas universidades forman estudiantes con una “solidaridad bien informada”. La justicia no es solo un ideal, sino una práctica diaria en la organización, investigación y enseñanza, con el objetivo de transformar la sociedad, haciéndola más incluyente, más humana y humanizadora, más sostenible.

Alumnos de la Universidad Loyola

Alumnos de la Universidad Loyola

Humanitas: desarrollo integral de la persona

En una época marcada por el individualismo y el consumismo, el paradigma Ledesma-Kolvenbach apuesta por un enfoque humanista que fomenta el desarrollo de todas las dimensiones de persona, no solo lo intelectual o lo técnico. Se busca formar personas conscientes, compasivas y comprometidas: en una palabra, abiertas a los demás, al que está cerca y al que está lejos (una lejanía que puede ser física o geográfica, pero también motivada por prejuicios o desencuentros).

Fides: fe como horizonte que inspira y une

Las universidades jesuitas no pueden ocultar su inspiración cristiana, pero esta no debe ser un factor de exclusión sino una fuente abierta a todos. La fides  promueve, ante todo, la trascendencia personal, el abrirse a una realidad que nos trasciende y nos interpela, a la que podemos llamar Dios. Pero ese Dios no puede ser impuesto a nadie, sino solo ofrecido como posibilidad para todos.

Un modelo para el futuro

El paradigma Ledesma-Kolvenbach no es solo una filosofía educativa; es una invitación a construir un mundo mejor desde el aula. Las universidades jesuitas son espacios donde el conocimiento, la acción y los valores convergen para formar profesionales competentes, justos, humanistas y comprometidos.

En un entorno global que exige líderes conscientes y responsables, el enfoque de la educación jesuita representa una apuesta segura para quienes buscan algo más que los diferencie. Porque, como bien expresa este paradigma, no se trata de formar a los mejores del mundo, sino a los mejores para el mundo.

Alumnos de la Universidad Loyola

Alumnos de la Universidad Loyola

La Facultad de Teología de la Universidad Loyola ha presentado su oferta académica para el curso 2025-2026, compuesta por la Licenciatura en Teología —título eclesiástico con reconocimiento civil de máster—, dos másteres propios: en Teología y Mundo Actual, y en Teología de la Evangelización y Religiosidad Popular, además de un título propio de Experto en esta misma área. Todos los programas buscan ofrecer una formación teológica rigurosa y actual, centrada en el diálogo con el mundo contemporáneo y la vivencia popular de la fe, con modalidades presenciales y online, y dirigidos tanto a titulados en Teología como a profesionales de otras disciplinas interesados en la reflexión teológica.