Nada en el protocolo lo preveía, pero, el pasado 7 de junio, en el Aula Ducal del Palacio Apostólico, un niño rompió el guion con una carrera inesperada y un abrazo que ha dado la vuelta al mundo.
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Tal como relata el sacerdote Bruno Silvestrini para Vatican News, todo ocurrió durante un encuentro privado del papa León XIV con la familia de Giovanni Giordano, asistente del capellán de los Carabineros del cuartel VB Salvo D’Acquisto de Tor di Quinto, en Roma.
Gesto espontáneo
Junto a él, su esposa y su hijo pequeño esperaban al Pontífice. El niño, ajeno al protocolo y a las miradas adultas, no paraba de moverse: corría, jugaba, exploraba el lugar. Entonces apareció el Papa.
Mientras los adultos contenían la emoción, el pequeño no lo dudó. Salió disparado, cruzó la sala y se lanzó a abrazar al Pontífice libertad y desparpajo. León XIV, sorprendido y sonriente, respondió con un gesto igualmente espontáneo: se agachó y acogió el abrazo del pequeño, dando lugar a la que probablemente es la imagen más tierna de su recién estrenado pontificado.