Tribuna

Resonancias sinodales

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El pasado 15 de marzo, llegó a nuestras manos la carta sobre el proceso de acompañamiento de la fase de implementación del Sínodo, firmada por el cardenal Mario Grech, secretario general de la Secretaría General del Sínodo. Muchas muestras de entusiasmo y apoyo se hicieron presentes a través de expresiones como: “¡Qué buena noticia! Un buen plan de implementación y evaluación”; “Seguimos nuestra peregrinación sinodal en esperanza”; “Tenemos el gran horizonte para caminar juntos”; “El compromiso misionero será el fruto que concretará esta fase de implementación que ya ha comenzado a la luz del Documento Final. Un gran documento que ayuda a seguir evangelizando en sinodalidad“; “El proceso está asegurado… ¡a continuar el camino!”, entre otras. Todos estos comentarios reflejan una profunda sensación de esperanza, reconocimiento, gratitud y compromiso hacia el camino sinodal recorrido y hacia el futuro que se vislumbra.



El texto que recibimos propone un itinerario de apropiación del camino recorrido, en coherencia con las intuiciones y líneas clave del Documento Final. El objetivo que se persigue es propiciar una aplicación concreta del proceso sinodal, adaptada a los desafíos y realidades del tiempo presente. Así, se nos invita, con “espíritu de comunión y corresponsabilidad”, a que la sinodalidad sea comprendida y vivida cada vez más como una dimensión esencial y constitutiva de la vida ordinaria de las Iglesias locales y de la Iglesia en su totalidad. Esto implica una recepción activa, orientada a la implementación, que requiere la participación de todo el Pueblo de Dios, lo que supone continuar en camino con procesos abiertos, en un itinerario continuo de avance y evaluación permanente. ¡Todo un desafío!

Por tanto, para los caminantes, este itinerario representa una oportunidad para profundizar en la fe, viviendo el compromiso cristiano en los contextos concretos de hoy, lo cual exige un esfuerzo de inculturación creativa, acorde con las peculiaridades de cada comunidad local. De esta manera, estamos invitados como Iglesia a poner en práctica lo propuesto en el Documento Final, adaptándolo a las diversas situaciones, mientras mantenemos los procesos de reflexión y toma de decisiones previstos en él.

Diseno Sin Titulo 35

Camino abierto

Sin embargo, el camino no ha concluido, sino que permanece abierto en una continua dinámica de inclusión de otras voces, la cual se concretará en la celebración de una Asamblea Eclesial, prevista para octubre de 2028 (cf. DF 124-129). Ella se erige como un evento clave dentro del proceso sinodal de la Iglesia, cuyo objetivo es promover la participación activa de todos los miembros del Pueblo de Dios en la construcción de una Iglesia más sinodal, es decir, más abierta al diálogo y a la corresponsabilidad.

Además, esta Asamblea Eclesial buscará concretar los resultados del proceso sinodal, reflexionando sobre cómo hacer frente a los desafíos actuales de la sociedad y de la Iglesia, en un marco de unidad en la diversidad. Por último, también será un espacio para hacer realidad la sinodalidad, entendida como un caminar juntos, desde relaciones horizontales que hermanan nuestras búsquedas. Una vez más, gracias de corazón por esta iniciativa que llega a nuestras manos y por ser parte de este camino eclesial, que extiende su mesa para dar cabida a todos y todas.