No hay ofensa

VIERNES

Se pasea por el santuario con un grupo de palmeros. Avista a alguien a lo lejos. “Si estuviéramos en España, diría que esa es la imbécil del Sínodo”. Sí, era ella. Pero, por educación, esa “imbécil” no dejó en evidencia pública a quien se reviste de pastor, pero utiliza todo lo que está a su alcance para humillar. ¿Más pruebas?

SÁBADO

Centenario de san Faustino Míguez. Catedral de Getafe. “Hemos de abrazar al hombre entero, con sus gozos y sus sufrimientos, hemos de abrazar las heridas del hombre que tienen la vocación de ser heridas gloriosas como las del Señor resucitado, porque detrás de las heridas de cada hombre, de cada niño o niña, está la gloria de Dios”. Palabra de Ginés García Beltrán. Reflexión posterior de Pedro Aguado, superior general de las Escuelas Pías: “No creemos en identidades guardadas en una nevera por miedo a que se contagien de la realidad”.

DOMINGO

Frente a la Virgen de los Ángeles. José María Avendaño la mira e implora a la patrona el cuidado y el amparo con un verbo que sabe a abrazo, a cercanía, a madre que cuida de sus churumbeles. Arrebujar. Ese cubrir bien y envolver para dar calor en medio de los escalofríos que da la vida.

MARTES

Barómetro del CIS. La mitad de la población no sabe quiénes son catorce ministros de Pedro Sánchez. ¿Acertarían los encuestados en decir el nombre de un par de obispos?

MIÉRCOLES

“No hay ofensa”. El juez no ve delito en la estampita de la vaquilla del ‘Grand Prix’ que mostró Lalachus en las campanadas. Tampoco lo percibieron en ese momento quienes estaban tomando las uvas y los que celebraron el año nuevo esa noche. Solo cuando a la mañana siguiente alguien tuvo la necesidad de agitar al personal y a los tribunales, dentro de su estrategia de dirigir relatos frentistas, se embarró todo. Lograron lo que buscaban. Revolver. Agrietar. Crispar.