El padre Gustavo Gutiérrez fue un fiel seguidor de Jesús. Un servidor fiel a la Iglesia y, por tanto, sufrió la Iglesia en tiempos muy difíciles por su fidelidad al Evangelio y por su opción preferencial por los pobres, recogida en la famosa frase del papa Benedicto XVI al comenzar la V Conferencia Episcopal en Aparecida (2007), cuando afirmó que la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica.
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Esto fue cerrar una gran herida, no solamente para Gustavo, sino también en la Iglesia latinoamericana, porque se le acusaba de análisis marxista. Por tanto, la sabiduría teológica del papa Benedicto XVI cerró para siempre esa herida que durante largos años mantenía la Iglesia latinoamericana en la persona también de Gustavo. La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica. Esta sabiduría del papa Benedicto XVI nos dio la posibilidad de poder ahondar en esta dimensión profética de la Iglesia que, en este momento, con el papa Francisco, está aportando a la Iglesia universal.
Por eso. Al cumplir 90 años de edad, el papa Francisco recibió al padre Gustavo Gutiérrez. Fue un encuentro entrañable. Un encuentro en el que definitivamente él recibió un adelanto de lo que ahora es plenitud: la alegría del Resucitado. El papa Francisco le saludó con mucho cariño y gratitud, y Gustavo siempre comentaba también esa cercanía con el vicario de Cristo.
Mantener viva la esperanza
También yo, personalmente, el 22 de enero de 2023 pude acercarme a saludar a Gustavo. Él estaba ya con algunos signos de su enfermedad, que le imposibilitaba hablar mucho. Sin embargo, estaba lúcido y, en una espontánea actitud que tuve, le coloqué mi pectoral. La foto es expresión de lo que significa verdaderamente esa cruz que llevaba dentro: no un privilegio, sino un compromiso, porque la opción preferencial por los pobres en fidelidad a Cristo era cargar con su cruz, su sufrimiento, para que, desde él y con él, podamos tener viva la esperanza.
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