Los obispos brasileños clausuran su 58ª Asamblea General comprometidos en la defensa por la vida

Además han asegurado que  “son inaceptables los discursos y las actitudes que niegan la realidad de la pandemia”

Los obispos brasileños en su 58ª Asamblea General

Al cierre de  su 58ª Asamblea General, realizada de manera online, los obispos brasileños han ratificado su compromiso por el pueblo brasileño en defensa por el pueblo brasileño, por tanto “no podemos callar cuando la vida está amenazada”.



En referencia a la crisis sanitaria, social, política y económica agravada por el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno de Jair Bolsonaro, porque “son inaceptables los discursos y las actitudes que niegan la realidad de la pandemia, desprecian las medidas sanitarias y amenazan el estado de derecho democrático“.

Solidaridad con los afectados

Han expresado su solidaridad con las familias afectadas por el coronavirus, en especial con quienes han perdido seres queridos: “Tenemos la certeza en la resurrección, ofrecemos nuestras oraciones”.

Por ello esa realidad de sufrimiento “debe encontrar eco en los discípulos misioneros de Cristo” y “todo aquello que amenaza la vida concierte a nuestra misión como cristianos” en un claro llamado a no ser indiferentes.

Han encomiado la labor de “nuestras comunidades en la incansable y anónima búsqueda por mitigar las consecuencias de la pandemia”, puesto que son “muchos los hermanos y hermanas movidos por el auténtico espíritu cristiano, exponen su vida en ayuda de los más vulnerables”.

Respetar la Constitución

Los prelados han instado a las autoridades a respetar los preceptos de la constitución federal, que consagra la salud como derecho de todos y “es deber del Estado hacerlo cumplir”, por lo que “esto exige competencia y lucidez”.

“Es necesario asegurar mayor inversión en salud pública y dar debida asistencia a los enfermos, preservando y fortaleciendo el Sistema Único de Salud. Son inaceptables los intentos sistemáticos de desmantelar la estructura de protección social en el país”, han dicho.

A esto se suma el grave problema de las múltiples formas de violencia propagadas en la sociedad “favorecidas por el fácil acceso a las armas”, las cuales son fomentadas por “la desinformación y el discurso de odio, especialmente en las redes sociales, generan una agresión ilimitada”.

“Observamos, con pesar, el uso de la religión como instrumento de disputa política, que justifica la violencia y genera confusión entre los fieles y en la sociedad”, añadieron.

Foto: CNBB

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