Luis José Rueda previene frente a tres virus que asechan a la sociedad: el pesimismo, el inmediatismo y el egoísmo

Este domingo 8 de noviembre, durante la eucaristía dominical televisada por el Canal RCN, el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, animó a los colombianos a “no afligirse como los que no tienen esperanza“, parafraseando a san Pablo en su primera carta a los Tesalonisenses y recordando a las familias que han perdido a algún ser querido, con la certeza de que “la esperanza trasciende, vence la muerte”.



A la luz del Evangelio, referido al pasaje de las ‘vírgenes necias y las vírgenes prudentes’, Rueda Aparicio afirmó la necesidad de estar vigilantes y atentos frente a tres virus que asechan a la sociedad.

Tres virus

“El primer virus que nos puede atacar es el pesimismo; el segundo es el inmediatismo, quererlo todo ya, rápido, como por arte de magia; y el tercer virus que puede atacarnos es el egoísmo, encerrarnos en nosotros mismos”.

“Estos tres virus –advirtió el prelado– pueden estar presentes en nuestra vida, en nuestra familia, o pueden estar marcando la vida de nuestra sociedad”. Pero la Palabra y la presencia del ‘Amado’, salen al encuentro del creyente para liberarlo de estos virus, aseguró, recordando que “Dios es nuestra esperanza y él toma la iniciativa para encontrarse con cada uno, con nuestras familias, con la humanidad entera”. Por eso hay que estar preparados para recibirlo.

Tres medicinas

Apelando a “la sabiduría inmarcesible” que proviene de Espíritu Santo, representada en el aceite de las lámparas que se menciona en la parábola de las 10 vírgenes, el arzobispo de Bogotá también propuso “tres medicinas que necesitamos contra los tres virus” a los que se había referido.

El primer medicamento es la actitud de servir. “La sabiduría nos vuelve servidores”, porque “la vida es para servir” y todos podemos servir a muchas personas. “Cuando usted tiene actitud de servicio, rompe con el virus del egoísmo“, dijo el pastor, pues “el que sirve va redescubriendo al hermano en el otro”.

La segunda medicina está referida a la necesidad de trabajar, pues “la sabiduría nos enseña a trabajar por los demás”. No es lo mismo trabajar que estar empleado, aseguró Rueda Aparicio. “El trabajo puede hacerse desde la casa, en el ambiente en el que vivimos, y esto genera una relación laboral distinta” a partir de la sabiduría de Dios. “Cuando se trabaja por la fraternidad, buscando el bien común, reconocemos que nos necesitamos unos a otros“.

Finalmente, al referirse al tercer medicamento, el prelado pidió que “no nos quedemos mirando atrás, diciendo que el 2019 era mejor que el 2020 (…), no nos quedemos con el retrovisor puesto; seamos capaces de avanzar: la sabiduría nos ilumina para avanzar”. De este modo, el arzobispo de Bogotá invitó a las familias a “avanzar en la unidad, en el amor, en la fe, en la esperanza, en la santidad”.

“Son tres verbos, tres medicinas que nos da el ‘aceite’ de la sabiduría”, concluyó Luis José Rueda Aparicio, y dejó una tarea bíblica para esta semana que inicia: leer el capítulo 9 del libro de la Sabiduría.

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