El obispo de Córdoba destaca la labor de religiosas y sacerdotes “que se juegan la vida por los ancianos” en medio del coronavirus

Demetrio Ferández, obispo de Córdoba

“Nos llegan testimonios de religiosas que se juegan la vida en la atención a los ancianos, y lo hacen por Dios, afrontando incluso campañas mediáticas de desprestigio (bien orquestadas), cuando lo están dando todo por los ancianos sin ninguna nómina durante toda su vida, a coste cero para la sociedad”. Así ha querido poner en valor el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que se está desarrollando por parte de la Iglesia durante la pandemia del Covid-19.



Lo ha hecho por medio de su carta semanal, en la que ha apuntado también que se están desarrollando “un sinfín de iniciativas de jóvenes y adultos para estar cerca de los más necesitados”. “Me llegan testimonios de sacerdotes que inventan formas diferentes con tal de estar cerca de sus fieles de múltiples maneras y alentarlos en esta situación, algunos poniendo en riesgo su vida por atender sacramentalmente al pueblo de Dios, con enfermos, con ancianos, con pobres”, añade.

“Cuando salgamos de esta”, continúa Fernández, “reconoceremos que Dios ha estado muy a nuestro lado y que la caridad cristiana no es ‘opio del pueblo’, sino la expansión del amor que brota continuo del Corazón de Cristo”. Por ello, el obispo anima a los cristianos a continuar por este camino: “sigamos así, porque los momentos de prueba aquilatan la verdadera virtud”.

“En las situaciones límite sale lo mejor”

El prelado hace estas reflexiones cuando apenas quedan unos días para que de comienzo la Semana Santa, ante un Domingo de Ramos en el que, este año, “no tenemos ni borriquita, ni palmas, ni ramos, ni bulla de niños en torno a Jesús”. Pero que, sin embargo, es la “ocasión propicia para proclamar a Jesucristo como rey de nuestros corazones”.

“Cuántas lecciones nos da Dios en estos momentos de confinamiento: la convivencia familiar, el servicio de unos a otros, el testimonio heroico de quienes trabajan en primera línea del campo de batalla, la solidaridad de todos quedándonos en casa para derrotar el virus, la preciosa lección de tantas personas que parten de este mundo en la paz de Dios”, señala Fernández. “Nunca nos habíamos imaginado que seríamos capaces de tanto. Y es que en las situaciones límite, sale lo mejor de nosotros mismos”, subraya.

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