El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha felicitado la Navidad, un año más, en nombre de todos los obispos españoles a través de un mensaje emitido por Trece televisión. Un gesto heredado de los presidentes anteriores y que ya se está volviendo tradicional y que los medios del episcopado han vuelto han transmitir antes de la Misa de Nochebuena del papa León XIV y tras el mensaje institucional del rey Felipe VI pasadas las nueve de la noche.

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Luz frente a la confusión

Argüello ha deseado a todos una “alegre y santa Navidad” y “Paz, paz a todos, a cada uno”. El prelado destacó que aunque “hace ya unas cuantas semanas se encendieron las luces en las calles y plazas no solo de las grandes ciudades, sino incluso hasta de pueblos muy pequeños de España. Pero hoy se ha encendido verdaderamente la luz. Esta luz que trata de abrirse paso en medio de la noche en las tinieblas de la humanidad”.

Para el arzobispo, “la Navidad está llena de nuestras fiestas, de nuestros encuentros, de regalos, de tantas propuestas. Y en medio de todo eso ha de abrirse paso el acontecimiento, el verdadero regalo, la verdadera luz, que es Jesús, el Emmanuel, este pequeño que nace en un pesebre y que está en brazos de María, su madre, para llevar la luz precisamente a aquellos que tienen sombras en el corazón”. Y es que, destacó “es especialmente la Navidad” para quienes “tienen en su corazón tinieblas, confusión, dudas”.

Recordando a las personas que pasan solas esta noche o quienes están “residencias de mayores, quizás añorando algún familiar”, “centros penitenciarios o en hospitales”… destacó que “estos son los lugares especiales de la Navidad porque son los más próximos al pesebre; son los más reales de un Dios que ha decidido nacer a las afueras porque no había lugar para él ni en la posada, ni en casa del gobernador, ni en las chozas de los pastores malditos. El Señor nace en el último de los últimos lugares para llevarnos y abrazarnos a todos. También pidió por la paz a todo el mundo y recordó “especialmente a los cristianos perseguidos, aquellos que para celebrar la Navidad hoy tienen casi que esconderse”. Finalmente, concluyó con “una llamada a colaborar en el bien común”.