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El presidente de los obispos de Estados Unidos, contra Trump por los migrantes: “Está infundiendo miedo”

Paul Coakley ha denunciado que las deportaciones masivas están sembrando temor y violan tanto la doctrina social de la Iglesia como los valores fundacionales del país

Paul Coakley

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Paul Coakley, ha criticado duramente la política migratoria del presidente Donald Trump al advertir que las deportaciones masivas impulsadas por su administración están “infundiendo miedo” entre las comunidades inmigrantes del país. Algo que, según subrayó el prelado, contradice tanto la doctrina social de la Iglesia como los valores fundacionales de Estados Unidos.



“Está infundiendo miedo de forma bastante generalizada”, dijo Coakley, refiriéndose a Donald Trump, en una entrevista emitida en el programa Face the Nation de CBS News. “Creo que es algo que nos preocupa a todos: que las personas tienen derecho a vivir con seguridad y sin temor a deportaciones aleatorias”, añadió el prelado.

Desde que Trump volvió a la Casa Blanca, más de 527.000 migrantes en situación irregular han sido expulsados del país, y 1,6 millones más han abandonado Estados Unidos voluntariamente. Los datos los proporciona el propio Departamento de Seguridad Nacional, pero para la Iglesia no son solo cifras. “El impacto humano es real”, insisten los obispos.

Migrantes y refugiados en la frontera de Estados Unidos

Migrantes y refugiados en la frontera de Estados Unidos. Foto: EFE

La Iglesia frente a la política de Trump

En este sentido, el arzobispo de Oklahoma City señaló durante la entrevista que la estrategia de control migratorio del actual gobierno ha generado un clima de ansiedad y temor constante, especialmente en familias que llevan años viviendo en el país.

Coakley insistió en que la Iglesia no se opone a la existencia de fronteras ni a su resguardo. Sin embargo, subrayó que la crítica se centra en que la administración trate a los migrantes de una manera “preocupante y deshumanizante”. “Siempre debemos tratar a las personas con dignidad, la dignidad que Dios nos otorga. “El Estado no lo otorga, y el Estado no lo puede quitar”, subrayó el obispo.

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