El primer gran nombramiento de León XIV para reformar la Iglesia americana ha llegado. Y es que el Papa ha aceptado este jueves la renuncia del cardenal Timothy M. Dolan como arzobispo de Nueva York y ha nombrado en su lugar a monseñor Ronald A. Hicks, hasta ahora obispo de Joliet, en Illinois. Este relevo marca un hito en la relación del nuevo pontífice con la influyente Iglesia estadounidense y señala, con claridad, el rumbo que desea imprimir en su país natal.
- ¿Todavía no sigues a Vida Nueva en INSTAGRAM?
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
La jubilación de Dolan –presentada al cumplir los 75 años, según dicta el Derecho Canónico– era esperada, pero no necesariamente inminente. La semana pasada, el Papa advirtió a los obispos italianos que mantendrá a los cardenales en sus cargos dos años más allá de esa edad. Que haya decidido hacer una excepción con Dolan, pese a su buena salud y su agenda activa, no pasa desapercibido.
Dolan, que fue presidente de la Conferencia Episcopal de EE.UU. y una de las voces más visibles del episcopado norteamericano, ha sido durante años un crítico, más o menos explícito, de las reformas impulsadas por Francisco. Su perfil conservador y su perfil mediático contrastaban con el de otros cardenales estadounidenses como Blase Cupich, Joseph Tobin o Robert McElroy, más alineados con el estilo conciliar.
Ronald Hicks, un misionero en Nueva York
El nombramiento de Hicks, de 56 años, es el primero que León XIV realiza para una de las grandes sedes norteamericanas. El nuevo arzobispo de Nueva York es también originario de Chicago, como el propio Papa, y ha servido en parroquias, seminarios y misiones en América Latina, además de ocupar el cargo de vicario general bajo el entonces cardenal Cupich.
Formado en la Universidad de Loyola y en el seminario de Mundelein, Hicks ha pasado por la formación sacerdotal, la dirección pastoral y la cooperación internacional, con una larga experiencia como misionero en México y El Salvador con la organización Nuestros Pequeños Hermanos. En 2018 fue consagrado obispo auxiliar de Chicago y, en 2020, nombrado obispo de Joliet.
Este movimiento confirma que León XIV ha comenzado a trazar el nuevo mapa del episcopado estadounidense. Y empieza por Nueva York, una diócesis que no solo es emblemática por su tamaño, sino también por su carga política y cultural.