Esta mañana, en el Aula Pablo VI, el papa León XIV ha recibido en audiencia a los donantes del Belén instalado en dicha aula y del árbol y el Nacimiento colocados en la Plaza de San Pedro. En su discurso, el pontífice ha agradecido los símbolos navideños que, año tras año, decoran los espacios vaticanos y que “recuerdan que Dios se hace cercano a la humanidad”.
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Procedente de la diócesis de Nocera Inferiore-Sarno, el Nacimiento que este año adorna la plaza incluye elementos típicos de esa región italiana, como el baptisterio de Santa María la Mayor de Nocera Superiore, la fuente Helvius de Sant’Egidio del Monte Albino o los patios del Agro Nocerino-Sarnese.
“Frente a cualquier belén, también en nuestras casas, revivimos aquel acontecimiento y redescubrimos la necesidad de buscar momentos de silencio y oración en nuestra vida, para reencontrarnos con nosotros mismos y entrar en comunión con Dios”, ha dicho el Papa, antes de señalar a María como “modelo del silencio adorante”, que “custodia todo en su corazón” frente al bullicio de los pastores.
Cristo, luz del mundo
Junto al belén, un abeto rojo procedente de los bosques de Lagundo y Ultimo, en la diócesis de Bolzano-Bressanone, se alza como símbolo de vida y esperanza. “Las luces que lo adornan simbolizan a Cristo, luz del mundo”, ha señalado el pontífice. Además del árbol principal, desde esa misma región del Alto Adigio han llegado varios ejemplares más pequeños que decoran diferentes oficinas y espacios públicos del Vaticano.
El Nacimiento instalado en el Aula Pablo VI, que permanecerá expuesto durante todo el tiempo de Navidad, procede de Costa Rica y lleva por título Nacimiento Gaudium. Según ha explicado el Papa, los 28.000 lazos de colores que lo decoran “representan vidas preservadas del aborto gracias a la oración y al apoyo brindado por organizaciones católicas a muchas madres en dificultad”. León XIV ha agradecido el gesto de la artista costarricense, que quiso acompañar el mensaje de paz navideño con “un llamamiento para proteger la vida desde la concepción”.
“El belén y el árbol son signos de fe y esperanza”, ha recordado el Papa al final de su intervención. En este contexto, ha pedido oraciones por quienes sufren a causa de la guerra y la violencia, y ha encomendado especialmente a las víctimas del atentado terrorista perpetrado el día anterior en Sídney contra la comunidad judía. “Dejemos que la ternura del Niño Jesús ilumine nuestra vida”, ha concluido León XIV.