La Abadía de Westminster acogió ayer, 10 de diciembre, un servicio ecuménico de Adviento en memoria de las víctimas de persecución religiosa en todo el mundo. Y, tal como informa hoy The Tablet, a la ceremonia, que fue presidida por el cardenal Timothy Radcliffe, asistieron el rey Carlos III y representantes de distintas confesiones cristianas.
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En su intervención, Radcliffe denunció “el terrible aumento de la violencia, desde los crímenes con cuchillos hasta la guerra internacional”, y pidió construir puentes de paz y reconciliación. “Los mártires dan testimonio de la creencia de que el amor es más fuerte que el odio y la vida más fuerte que la muerte”, afirmó el purpurado.
Asimismo, el cardenal dominico instó a los presentes a “recordar a todos aquellos que son perseguidos por su fe: no solo la cristiana, sino todas las religiones”, aludiendo al “horrible aumento del antisemitismo”. “Cristo es el principio del principio”, añadió.
Carlos III saluda al cardenal Timothy Radcliffe durante la vigilia ecuménica del 10 de diciembre de 2025
Iglesias de Oriente y Occidente
Junto a Radcliffe participaron otros representantes católicos, como el cardenal Michael Fitzgerald, el nuncio en Reino Unido, Miguel Maury Buendía, o el obispo Paul McAleenan. También estuvieron presentes líderes de iglesias ortodoxas, asirias, armenias, anglicanas y protestantes. En la procesión litúrgica tomó parte el arzobispo anglicano de Jerusalén y Medio Oriente, Hosam Naoum.
Asimismo, el coro copto ortodoxo interpretó piezas en copto, mientras que el de la Iglesia Ortodoxa Siria lo hizo en siríaco. El evangelio fue proclamado en griego por el archidiácono ortodoxo George Tsourous. Por su parte, Carlos III compartió un mensaje por escrito en el que expresó su “alegría por reunirse para celebrar la luz, la esperanza y, sobre todo, la paz de este tiempo de Adviento”.
“Este es un tiempo de preparación y de anhelo por el nacimiento de Cristo”, continúa Carlos III en su carta. “Hoy oramos y celebramos la Buena Nueva que alegra a todos los cristianos, también a quienes viven en lugares donde no es fácil vivir la fe”.