“Una sociedad está viva si es plural: son los puentes entre sus diferentes almas los que la convierten en una sociedad civil. Hoy, las comunidades humanas están cada vez más polarizadas y desgarradas por posiciones extremas que las fragmentan”. Este es uno de los principales mensajes que el papa León XIV ha dejado a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático tras aterrizar esta mañana en Turquía.
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Después de comer, el Pontífice se ha dirigido a la Biblioteca Nacional para pronunciar su discurso, compartiendo escenario con el presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Al presentarse, Robert Francis Prevost ha señalado que le complace comenzar sus viajes apostólicos en el país, puesto que es una tierra “indisolublemente ligada a los orígenes del cristianismo y hoy llama a los hijos de Abraham y a toda la humanidad a una fraternidad que reconoce y aprecia las diferencias”. De hecho, los ocho primeros concilios ecuménicos se celebraron en las tierras de la actual Turquía, incluido el de Nicea, cuyo 1700 aniversario es el motivo principal de la visita.
León XIV se ha convertido hoy en el quinto papa en pisar el territorio —Pablo VI en 1967, Juan Pablo II en 1979, Benedicto XVI en 2006 y Francisco en 2014—. Ante el auditorio, el Pontífice ha insistido en que en “el encuentro entre generaciones, tradiciones e ideas diferentes se forman las grandes civilizaciones, en las que el desarrollo y la sabiduría se van construyendo en unidad”.
De la ‘cultura del encuentro’ a la ‘globalización de la indiferencia’
Durante su alocución, ha recordado a Juan XXIII, a quien en el país llaman el ‘Papa turco’ por la amistad que les unió, y a Francisco, insistiendo en que desde el Mediterráneo denunció la ‘globalización de la indiferencia’ y se refirió a la necesidad de cultivar la ‘cultura del encuentro’.
A mitad de su discurso, Prevost se ha detenido para hacer una defensa de la mujer: “Ellas en particular, también a través del estudio y la participación activa en la vida profesional, cultural y política, se ponen cada vez más al servicio del país y de la influencia positiva del mismo en el panorama internacional. Por lo tanto, hay que apreciar mucho las importantes iniciativas en este sentido, en apoyo de la familia y de la contribución femenina al pleno florecimiento de la vida social”.
Por otro lado, y dirigiéndose directamente a Erdogan, el Papa le ha pedido que “Turquía sea un factor de estabilidad y acercamiento entre los pueblos, al servicio de una paz justa y duradera”.
León XIV, en su discurso ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Turquía
Dialogar con voluntad y tenacidad
Para hacer realidad la ‘cultura del encuentro’ que el Papa agustino ha recuperado de su predecesor, Prevost ha subrayado que “hoy más que nunca se necesitan personas que favorezcan el diálogo y lo practiquen con firme voluntad y paciente tenacidad”.
Y es que, “tras la época de construcción de las grandes organizaciones internacionales, que siguió a las tragedias de las dos guerras mundiales, estamos atravesando una fase de fuertes conflictos a nivel global, en la que prevalecen las estrategias de poder económico y militar, alimentando lo que el papa Francisco llamaba ‘la tercera guerra mundial a pedazos’. ¡No hay que ceder en modo alguno a esta deriva! Está en juego el futuro de la humanidad”.
Asimismo, ha añadido: “Las energías y los recursos absorbidos por esta dinámica destructiva se sustraen a los verdaderos retos que la familia humana debería afrontar unida, es decir, la paz, la lucha contra el hambre y la miseria, la salud, la educación y la salvaguarda de la creación”.