“El amor que recibimos de Cristo nunca es un tesoro privado, sino siempre una misión confiada a nuestras manos”, recordó este viernes León XIV ante los miembros del Consejo Representativo de Caritas Internationalis, con motivo del Año Jubilar de la Esperanza.
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En su saludo, el Pontífice agradeció la presencia del cardenal Tarcisio Isao Kikuchi, arzobispo de Tokio y presidente de la confederación humanitaria, y valoró el servicio global que Cáritas presta a las comunidades más frágiles. “Caritas Internationalis ha encarnado la proclamación de la Iglesia de que ‘la preferencia de Cristo son los pobres, los más necesitados, los abandonados y los descartados’”, señaló, citando a su predecesor, Francisco.
Líderes laicos
“La misión de la Iglesia se desarrolla únicamente cuando caminamos juntos como compañeros”, subrayó el Papa, invitando a los líderes de Cáritas a “fortalecer la formación de líderes laicos” y a “velar por la unidad dentro de su diversa organización”.
El Pontífice enmarcó el trabajo de Caritas dentro de los “tres pilares” que sustentan la acción eclesial en el mundo: “paz, justicia y verdad”. Y enfatizó que estos valores “no son ideales abstractos”, sino tareas concretas que se hacen visibles “allí donde acompañan a una familia desplazada, defienden los derechos de los pobres u ofrecen un corazón atento a los olvidados”.