Con motivo del encuentro ‘Construir comunidades que tutelen la dignidad’, celebrado del 17 al 19 de noviembre en Roma, el papa León XIV ha enviado un mensaje a representantes de conferencias de religiosos, institutos de vida consagrada y comunidades contemplativas. En su carta, el Pontífice ha pedido que cada comunidad se convierta en “casa que acoge y lugar de encuentro y de gracia”.
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“La dignidad es don de Dios”, ha recordado, “no algo que se obtiene por mérito o por fuerza”, sino un regalo que nace del amor con el que Él “nos ha querido uno por uno, y continúa queriéndonos”. De ahí, dijo, brota también el deseo de cuidar al otro: “un corazón que sabe escuchar, un deseo de acercarse con respeto y ternura”.
Ejemplo de confianza y diálogo
Dirigiéndose especialmente a quienes han consagrado su vida a Cristo, León XIV insistió en que “el amor auténtico nace del reconocimiento del propio límite”, del saberse amados “también en la debilidad”, y eso —afirmó— “nos hace capaces de amar con respeto, delicadeza y un corazón libre”.
León XIV en la Lateranense
En su mensaje, el Papa agradeció el compromiso de las comunidades religiosas en la prevención de abusos y les animó a seguir avanzando “con verdad y humildad” en caminos de tutela, de modo que “las comunidades se conviertan cada vez más en ejemplo de confianza y de diálogo”. En ellas, aseguró, “donde se vive la justicia con misericordia, la herida se transforma en una rendija de gracia”.