Los obispos chilenos llaman a ser signo de esperanza

Al término de su Asamblea Plenaria entregaron un mensaje invitando a reconstruir la confianza social

Los obispos chilenos llaman a ser signo de esperanza

Después de 5 días de trabajo, los 36 obispos chilenos han concluido su 132ª asamblea plenaria, realizada en el Centro de Espiritualidad del Santuario Purísima de Lo Vásquez, a 87 kilómetros al poniente de Santiago. A su término han entregado un mensaje que lleva como título “En tiempos de incertidumbre, seamos signo de esperanza”. Allí se refieren a los principales desafíos que perciben en el país.



Ser signos de esperanza

Inician el mensaje expresando su “inmensa alegría” por la celebración del Jubileo de la Esperanza y el centenario de siete diócesis del país. Destacan que las experiencias jubilares nos unen “más a Dios y a los hermanos, y nos desafían a ser signo de esperanza en el mundo de hoy”.

A 2 días de la elección de parlamentarios y presidente de la República, los obispos llaman a “un discernimiento personal ante la obligación de sufragar, e insistimos en el alto valor que encarna la democracia y el Estado de derecho, espacios en los que la fuerza de la razón prevalece por sobre la razón de la fuerza”.

Como es habitual en sus reuniones, los obispos miran la situación social, política y económica del país. Esta vez hacen un diagnóstico esperanzado: “Tras años de crisis política, social, económica y ética, percibimos un malestar generalizado que produce estancamiento frente a los problemas estructurales del país. Hay miedo ante la inseguridad y la violencia, incertidumbre frente al futuro y desconfianza en las instituciones. Sin embargo, también reconocemos la fuerza y la capacidad de nuestro pueblo para salir adelante si reconstruimos juntos la confianza social”.

Siguen los obispos, expresando su esperanza: “queremos ser testigos de la Pascua, capaces de seguir buscando en la noche la claridad de las estrellas”, afirman. Recuerdan que “el Señor no anunció a sus discípulos tiempos fáciles o cómodos, sino que los preparó para ser signo de contradicción”. Agregan: “El Evangelio nos ofrece una esperanza viva y actualizada, anclada en la resurrección del Señor. ¡Vive Cristo, nuestra esperanza!”, exclaman.

Obispos Chile Nov 2025 1

Defensa de la dignidad humana

Los obispos expresan sentirse movidos por el Espíritu Santo “a elevar nuestras voces en defensa de la dignidad humana”, recordando que la imagen de Dios presente en cada ser humano “nos interpela a cuidar y promover la vida –desde la concepción hasta la muerte natural– junto con las condiciones necesarias para el pleno desarrollo y el reconocimiento de su dignidad” afirman, reiterando su posición ante la tramitación en el Congreso Nacional de un proyecto de ley para permitir la interrupción voluntaria del embarazo.

En el mismo párrafo continúan refiriéndose a derechos humanos. “Nos duele la creciente denigración de nuestros hermanos migrantes, quienes con trabajo y compromiso contribuyen inmensamente al bien de nuestra nación. Abogamos por un control de fronteras que respete la dignidad inherente de la persona humana y por el fortalecimiento de estrategias eficaces de regularización migratoria para quienes hoy están en situación irregular y no tienen antecedentes penales o delictivos. Como obispos, estamos unidos a ellos por lazos de solidaridad y comunión fraterna”, interpelan los obispos chilenos en su mensaje.

Finaliza el documento aludiendo a la primera exhortación apostólica del Papa León XIV, Dilexi te, de la que recuerdan que “en el rostro herido de los pobres encontramos el sufrimiento de los inocentes y, por tanto, el mismo sufrimiento de Cristo”, reafirmando el compromiso de la Iglesia con la promoción del bien común “en particular, por la defensa de las personas más débiles y desfavorecidas, para que puedan sentir que las palabras de Jesús ‘Yo te he amado’ son dirigidas de manera especial a cada una de ellas”.

Concluye este párrafo con esta afirmación: “Renovamos nuestro compromiso de seguir acompañando el devenir patrio, tras cien años de separación entre el Estado y la Iglesia, para que Chile sea más justo, fraterno y solidario”.Cierran el mensaje encomendando a Chile a la Virgen del Carmen, pidiendo su intercesión para avanzar hacia el reencuentro y el diálogo como sociedad, “ayudándonos mutuamente a superar la crisis que vivimos y a construir los vínculos de confianza que necesitamos para ser el Chile que soñamos”.

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