La diócesis de Goya celebró el Jubileo de la Vida Consagrada con la presencia de presbíteros, diáconos y religiosos en la Basílica de Nuestra Señora de Itatí de la provincia de Corrientes.
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La jornada estuvo marcada por la fraternidad y la comunión. Previamente, antes de la celebración eucarística, compartieron un momento de oración, reflexión y la procesión encabezada por el titular Adolfo Canecín, para ingresar por la “Puerta Santa” del Santuario.
Camino de Sinodalidad
En la homilía, el obispo recordó el pedido del papa León XIV: “No se cansen de testimoniar la esperanza”, y los exhortó a ser testigos de esperanza en las múltiples fronteras del mundo moderno.
Los invitó a profundizar sobre la propia vocación y la acción de Dios en sus vidas, y a renovar la confianza en Dios y con los hermanos para transitar el camino de la sinodalidad y caminar juntos.
Valoró la labor pastoral de cada consagrado en las parroquias y comunidades diocesana, y se hizo eco de las palabras del papa Francisco, quien declaró que “la Iglesia necesita de ustedes”.
Finalmente, el obispo agradeció este momento jubilar en el que se “renueva la esperanza de seguir entregando nuestras vidas para el Reino de Dios”.